Colores del cemento superan a la verde en El Alto

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El “vivir bien” es un desafío para los vecinos
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“El vivir bien o buen vivir desafía a repensar nuestras maneras de relacionarnos entre seres humanos y con la naturaleza, para favorecer una vida que fluya para todos y todas, no solo humanos sino todas las formas de vida… Las relaciones entre seres humanos y naturaleza es uno de los dispositivos más fuertes para reconstruir las lógicas del desarrollo y el crecimiento ilimitado”, dijo Mario Rodríguez, integrante del Equipo Wayna Tambo - Red de la Diversidad de Bolivia.

 

A tiempo de conmemorar el “Día del Ambiente” a nivel mundial, las alternativas de subsistencia de la humanidad se van acabando poco a poco, y la propuesta del “vivir bien”, es una alternativa para abandonar ese pensamiento colonial y extractivista, agregó.

 

Una de las ciudades que presentan mayores problemas con la contaminación variada es la ciudad de El Alto, que muestra un aspecto multicolor y se puede observar curiosos matices: aguayos policromáticos que se pierden en un mar de comerciantes que tiene coloridas ch’iwiñas (sombrilla para protegerse del sol) que albergan a los comensales o a los compradores. Enormes letreros se muestran imponentes a los ojos de los transeúntes, en suma, una infinidad de colores que habitan y animan esta ciudad. Pero, el color que se ha estado perdiendo espacio en esta urbe, es el verde de la naturaleza.

 

Desde la lógica capitalista, las ciudades –y vivir en ellas-, han sido el modo para acceder al progreso y al desarrollo. Esta situación tiene como resultado una masiva migración campo ciudad. La urbe alteña es, sin duda, prueba de ello. En el lapso de su crecimiento y evolución ha demostrado un importante crecimiento económico atrayendo el interés de migrantes, provenientes de distintos departamentos, principalmente del área rural del departamento de La Paz. Según los datos de censo de población y vivienda de 2011, El Alto contaba con una población de 649. 958 habitantes.

 

Los datos preliminares del censo 2012, dan a cuenta que la cantidad de habitantes se duplica, llegando a ser 1.073.000. Este importante crecimiento demográfico representó que las superficies destinadas a la construcción de viviendas se incrementaran, a merced de la reducción de los espacios destinados a las áreas verdes y centros de esparcimiento.

 

En esta ciudad, como en muchas del país, se mantiene la tendencia a distribuir las áreas verdes en las plazas de cada zona o barrio. Entonces tenemos dos espacios que se fusionan: el área verde y la plaza.

 

Las plazas son espacios públicos de encuentro y esparcimiento social, ubicados en cada urbe, y cuya mayor parte de su superficie está constituido por el concreto. Por su parte, las áreas verdes también son superficies de dominio público relacionado con el área urbana y que está destinada a ser ocupada por diferentes formas vegetales para la generación de influencias benéficas al ciudadano.

 

Estando por algunas plazas de diferentes distritos de esta ciudad, se pudo observar un común denominador entre ellas: el cemento. Del 100 por ciento de la superficie de la plaza, en su mayoría, el 70 por ciento de su extensión está cubierto por el cemento.

 

Limber Calderón Espinoza, técnico proyectista de la Dirección de Forestación y Restauración de Áreas Verdes de El Alto, es un problema que se acarrea desde los anteriores gobiernos municipales.

 

“La existencia de un mayor porcentaje de superficie de cemento en las plazas se debe a que las gestiones anteriores que han proyectado así las plazas y áreas verdes. Entonces han sido más proyectista en lo que es el cemento, sin tener una visión más ecológica. El entorno que rodea la plaza también está compuesto por casas de cemento, entonces ese es el principal requerimiento de los vecinos. En esta gestión se está teniendo en cuenta incluir naturaleza en estas áreas donde se están formando las nuevas urbanizaciones más que todo en lo que respecta a las “zonas dignas”, manifestó el funcionario municipal.

 

Si bien, la alcaldía planifica la construcción con visiones más ecológicas, existen plazas que son remodeladas a pedido de las distintas juntas vecinales. Pero, en muchos casos este trabajo de remodelación demora mucho tiempo creando malestar en los vecinos.

 

Edwin Mamani, vecino de la zona Túpac Katari nos relató que entre sus recuerdos de infancia, guarda con mucho cariño la época en que aprendió a manejar la bicicleta en la plaza Villa Esperanza del distrito 5. “A dos cuadras de mi casa estaba la “Villa”, una plaza donde todo era  verde, ahí aprendí a manejar bicicleta. Pero no siempre fue una plaza”, afirmó.

 

Según el vecino, mucho tiempo atrás, ese espacio era ocupado por un cementerio. Dicha construcción no fue aceptada por la junta de vecinos y en el lapso de algunos años, el campo santo fue reubicado a su sitio actual, Villa Ingenio.

 

Actualmente, ni la plaza ni el camposanto quedan. Con el suelo removido y los plantines destruidos, “La Villa” tiene un aspecto lúgubre. Se pueden observar algunos cimientos recién iniciados, pero que por su aspecto parecieran olvidados. La contaminación de residuos sólidos en este lugar, han colaborado para empeorar su situación.

 

“Todo es parte de la remodelación…para que este mejor”, comentó  el vecino pensativo, tratando de encontrar una respuesta para explicar el triste aspecto de “La Villa”.

 

Como respuesta a la situación, Calderón explicó que uno de los principales problemas que aqueja a esta dirección es la falta de recursos económicos para poder cubrir las necesidades que implica mantener a las áreas verdes. “Se cuenta con un personal de acuerdo al requerimiento que se da en cada distrito. A pesar que este personal ya fue descentralizado y ahora pertenecen a cada subalcaldía, no se cuenta con una cantidad suficiente de personal para apoyar en el mantenimiento y la limpieza de las plazas”, enfatizó.

 

La Ley 1333 de Medio Ambiente, en el artículo 17, señala que “es deber del Estado y la sociedad, garantizar el derecho que tiene toda persona y ser viviente a disfrutar de un ambiente sano y agradable en el desarrollo y ejercicio de sus actividades”, se preguntó al ingeniero, si existía una Ordenanza Municipal que regule el cuidado, mantención y construcción de este tipo de áreas, a lo cual respondió: “no se cuenta con una Ordenanza Municipal que regule esto, puesto que las anteriores gestiones, las planimetrías de estos espacios debían acoplarse a las edificaciones que ya estaba establecidas en cada distrito. Actualmente, las planimetrías se realizan con una visión futurista, entonces ahí si se contemplan la construcción de áreas verdes, áreas de equipamiento y hasta las mismas jardineras de las avenidas”.

 

El concepto de “vivir bien” también es trabajado en esta dirección: “el vivir bien se enfatiza en la parte económica, sino en la relación que se debería tener con el medio ambiente. Entonces una persona tiene que estar en constante relación con la naturaleza, es por eso que se está trabajando en proyectos donde se implementará la forestación de El Alto, cosa que se pueda tener una mejor implementación de áreas verde. De la misma forma la orientación en los colegios y escuelas es otra labor a la que se dedica esta dirección”, argumentó el funcionario.

 

Pero algunas personas se preguntan ¿Cómo podemos “vivir bien” ante el panorama de que los espacios públicos, propiamente las plazas y áreas verdes, sufren de un descuido y de la contaminación ambiental? Sin duda los vecinos tienen su posición.

 

Testimonios

 

Rubén Condori

Vecino de la zona Huayna Potosí

“Los vecinos aquí estamos muy preocupados, puesto que esta avenida se ha creado para mejorar, pero no ha sido así, pues se ha convertido en un basural. Los vecinos ya no respetan al carro basurero. Ahí botan la basura, perros muertos, cosas que son un foco infeccioso para los vecinos y nuestros niños. Lo podrían mejorar poniendo áreas verdes, quizá canchas, para que los niños y jóvenes practiquen mas el deporte y salgan a las plazas, porque este espacio es mas de tierra y deshabitada….Como podemos hablar de “Vivir bien” si las obras no se culminan”.

 

Alejandra Tapia

Vecina de zona Villa Exaltación

“Yo creo que el descuido, es más que todo, por parte de las personas. Muchas veces tenemos la costumbre a echar la basura donde sea y somos muy descuidados, en cuanto al medio ambiente se refiere. Creo que deberíamos cambiar eso en las personas para que pueda ser mejor, más que todo para nosotros para nuestros hijos…”el Vivir bien” debe ser respetando a las personas, respetando a nosotros y también respetando a las áreas verdes para que la basura no se acumule en las plazas y no tengamos enfermedades. Por cada plaza que se va, se nota que no estamos viviendo de acuerdo a lo que deberíamos vivir. La basura se está incrementando más todavía, gracias a las personas; así no me parece vivir bien”.

 

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