Internacional
Crisis política española
Expresidente catalán se entrega a la justicia

Domingo, 5 Noviembre, 2017 - 16:59

El expresidente Carles Puigdemont y los cuatro exconsejeros huidos en Bélgica se encuentran detenidos a la espera de que un juez decida sobre su futuro. Todos ellos se han entregado voluntariamente a las 9.17 de esta mañana en una comisaría de Bruselas, donde se les ha notificado la orden europea de arresto que pesa contra ellos por rebelión, sedición, malversación de fondos, desobediencia a la autoridad y prevaricación. La Fiscalía de Bruselas ha confirmado en rueda de prensa que los políticos independentistas se han personado en las céntricas dependencias policiales, situadas en el número 202 de la rue Royale, tal como habían pactado ambas partes.

Desde allí se han trasladado en varios coches hasta el edificio de la fiscalía, donde se encuentran actualmente a disposición judicial en compañía de sus abogados. Esta tarde se les tomará declaración uno a uno a puerta cerrada en presencia de un intérprete, dado que Puigdemont y sus exconsejeros han elegido que la audiencia ante el juez se desarrolle en neerlandés.

Con su entrega voluntaria, los miembros del Govern han evitado la imagen de su arresto por parte de la policía. Ahora se inicia un proceso que puede prolongarse en torno a dos o tres meses. El juez tendrá un máximo de 24 horas —hasta las 9.17 del lunes— para decidir entre tres opciones: rechazar la euroorden, mantener a Puigdemont y sus excompañeros del Govern en prisión provisional mientras la justicia belga decide sobre la euroorden —no se ha determinado a qué prisión serían enviados en ese caso—, o dejarlos en libertad bajo ciertas condiciones como la imposibilidad de viajar o el pago de una fianza. El mayor o menor riesgo de fuga será un factor decisivo para que se imponga una u otra medida.

Tampoco son descartables restricciones que dificultarían la campaña de Puigdemont desde Bélgica para las elecciones del 21-D: "El juez podría considerar que no debe tener contacto con los medios de comunicación. Le corresponde a él decirlo", ha señalado el portavoz de la fiscalía, Gilles Dejemeppe. El organismo ha negado cualquier presión política sobre el proceso: "Desde que recibimos la orden no hemos tenido ningún contacto con ministros de Bélgica o España".

Después será el turno de la Cámara del Consejo, la primera instancia judicial. Tendrá 15 días para pronunciarse sobre su entrega a la justicia española, pero su decisión podrá ser recurrida sucesivamente ante la Corte de Apelación y la de Casación, lo cual permitiría a Puigdemont seguir en Bélgica hasta enero o febrero y hacer desde el exterior la campaña de unas elecciones en las que quiere conformar una lista unitaria independentista y para las que su partido, el PDeCAT, ha acordado elegirlo como candidato.

Los abogados de Puigdemont y de los exmiembros de su gabinete que siguen en Bruselas, Antoni Comín (Salud), Clara Ponsatí (Enseñanza), Lluís Puig (Cultura) y Meritxell Serret (Agricultura) habían mantenido contacto con las autoridades judiciales belgas para concretar cómo se realizaría la entrega. "En casos mediatizados y en los que sabemos dónde está la persona, a veces no es necesario un despliegue de fuerza si está dispuesta a entregarse voluntariamente", ha explicado la fiscalía..Gonzalo Boye, letrado de Comín y Serrell, ha destacado su actitud de colaboración. "Nos personamos voluntariamente en la Audiencia Nacional y, ahora, ante autoridades belgas. No hay miedo a la justicia sino a la injusticia".

Si los acusados aceptaran ser juzgados en España, el proceso se aceleraría y serían entregados a las autoridades españolas en breve. Pero esa opción es del todo improbable. Como remarcó la última vez que se ha dejado ver, durante la entrevista a la televisión pública belga, el expresidente no cree en la imparcialidad de la justicia española. “Está politizada. No hay garantías de un juicio justo e independiente", aseguró. En el estudio de la televisión francófona, Puigdemont dijo querer ser juzgado por "la justicia verdadera", una categoría en la que no incluye a la española.

El expresidente había reiterado en los últimos días su disposición a cooperar y no había mostrado intención alguna de resistirse. "Estamos dispuestos a colaborar plenamente con la justicia belga con respecto a la orden de arresto europea emitida por España", afirmó ayer sábado en un mensaje publicado en neerlandés en su cuenta de Twitter, señal inequívoca de que pensaba acudir voluntariamente a que le tomen declaración.

El experto en extradiciones Paul Bekaert, antiguo defensor de presos etarras, ha mostrado la misma desconfianza hacia la justicia española que su cliente. Planea utilizar como argumentos para paralizar su entrega el riesgo de que en España no se respeten los derechos fundamentales y la imposibilidad de un juicio justo. El titular de Justicia belga ha querido alejar cualquier sospecha de interferencia del Gobierno de su país en el proceso. "El poder ejecutivo no juega ningún papel en el procedimiento. Todo se desarrolla mediante contactos directos entre autoridades judiciales", afirmó en un comunicado la noche del viernes.

TOMADO DE EL PAIS

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