“Los 10 pasos para recuperar y nunca MAS perder el poder”

Por Jimena Costa

Para hacer análisis político, uno de los elementos centrales es el análisis de tendencias, tanto de los problemas como del comportamiento de los actores. Es eso lo que permite reconocer la “firma” de algunos operadores políticos del MAS que vimos actuar durante 15 años. Por eso, en base a las tendencias ya conocidas de sus comportamientos, a las que se añaden las recomendaciones del castro-chavismo, me voy a atrever a proponer el “menú” de “los 12 pasos para recuperar y nunca MAS perder el poder”, que ya están aplicando desde noviembre y que continuará en los próximos meses:

Primero, hacer una campaña internacional con periodistas amigos del bloque de la extinta ALBA, para posicionar la idea de que no hubo fraude, sino golpe y así justificar la derrota electoral de su caudillo Morales.

Segundo, asegurarse de que seis de los vocales del Tribunal Supremo Electoral no investiguen nada sobre el fraude, la única excepción fue la vocal Rosario Baptista que hizo múltiples intentos de hacerlo y por ello le hicieron un proceso interno, lo que prueba que el MAS decide en ese tribunal.

Tercero, hacerle creer a los electores y bases del MAS, que retomarían el “proceso de cambio” y que la cúpula evista ya no estaría al mando.

Cuarto, extinguir el caso “fraude” con sus operadores de la justicia y además promulgar una Ley que impida investigar las atrocidades que el MAS promovió durante la crisis del 11/19, para meter su basura bajo la alfombra.

Quinto, descalificar a la OEA, al informe del fraude y a Almagro y acusarlos de no tener competencia para intervenir en asuntos internos ¡Cuando lo hicieron a pedido de Evo Morales a través de su Canciller Pari!

Sexto, sembrar el odio, el resentimiento y los deseos de venganza en su propia gente para que legitimen su ola represiva, e implementar una estrategia mediática propagandística que instale la nueva narrativa: las huestes armadas y los que querían volar Senkata, son las víctimas.

Séptimo, usar sus operadores de justicia, los que ellos mismos designaron en el último gobierno de Morales, para iniciar la persecución judicial -ademas de política y mediática-, al eslabón más débil: Añez y sus adláteres, que no tienen apoyo.

Octavo, repetir hasta el desmayo el cuento del Golpe -¡los defensores de la institucionalidad democrática!-, para justificar su arremetida y hacernos olvidar que quienes pisotearon las Constitución con sus re-re-re-re postulaciones, con el desconocimiento del voto popular del 21F y con la impunidad por decenas de muertos y presos injustificados, fueron ellos.

Noveno, para controlar el debate público y evitar que se desmonte -con datos- su narrativa, persiguen a los periodistas que no venden su alma por prebenda -como otros-, ya empezaron con Amalia Pando, Carlos Valverde, Mario Espinoza, Raúl Peñaranda, Casimira Lema, Andrés Rojas, Mery Vaca, Verónica Paniagua, Cecilia Bellido, Nancy Vacaflor, Marcelo Tedesqui, Rodrigo Vasquez, Pablo Llano, Andres Gomez, Juan Carlos Arana, Ximen Galaraza, Gonzalo Rivera y Tania Sandoval.

Decimo: involucrar a otros políticos en el “Golpe” para descabezar a la oposición, Mesa y Camacho por delante, todos los demás por detrás, luego Comités Cívicos, plataformas de jóvenes, colectivos ciudadanos, y luego, simplemente, a todos los que no repitan la narrativa de memoria y no agachen la cabeza.

Con este decálogo, aunque se desgaste el gobierno, creen que recuperaran el poder. Gracias a Dios siguen obtusos y no se dan cuenta que mientras mas violencia usan, mas se debilitan.