Arcana Imperii: transparencia, secreto y poder

“La democracia es el poder público en  público”
       Noberto Bobbio
    (El futuro de la democracia)

 

Por Henry Alvaro Pinto Dávalos*

Uno de los rasgos relevantes de nuestra cultura política es, sin lugar a dudas, su escaso apego a la transparencia, control y publicidad. A lo largo de nuestra historia política, podemos encontrar una variedad de casos y ejemplos, como los famosos ‘Anexos D’ de la Capitalización de Sánchez de Lozada destinados a comprar conciencias, el misterio nunca resuelto sobre la desaparición de Marcelo Quiroga Santa Cruz, o los millonarios ‘contratos secretos’ suscritos con firmas de abogados en la gestión del MAS, son una muestra de esa marcada tendencia a la opacidad, reserva y falta de transparencia en la administración de la gestión pública.

En efecto, esta tendencia natural del poder de evadir controles y sentirse ‘invisible’, en realidad, viene de tiempos remotos, siendo que los romanos citaban a Tácito (en latín, Cornelius Tacitus; c. 55-c. 120) para referirse a los secretos de estado, el sigilo y la reserva, asi como los actos inexplicables del gobierno imperial romano, contrarios al control social, la transparencia, la cultura de la rendición de cuentas que debe imperar en todo régimen democrático; de hecho, Gustavo Soto Santiesteban, al referirse sobre esta tendencia natural del ejercicio del poder, afirma: “El secreto es la esencia del poder. Los antiguos lo llamaban arcana imperii, o sólo en cuanto se refería aquello que ocultaba, sino en tanto discurso del poder instituyente de sus códigos y decisiones, arbitrarios en sí, pero obligatorios para todos. A pesar de todos los seculares esfuerzos de la tradición filosófica iluminista y liberal republicanas, persisten múltiples zonas de sombra en la cercanías del corazón del Estado; la economía y la guerra, donde lo público permanece secreto”

Hanna Arendt en su ensayo ‘La mentira política’ de 1968 que abre su libro Crisis de la Política, reflexiona sobre la grave crisis de confianza desencadenada en la opinión pública norteamericana frente a sus gobernantes una vez conocidos los famosos ‘documentos del Pentágono’, destacando que ‘(…) el sigilo – que diplomáticamente se denomina ‘discreción’ así como arcana imperii, los misterios del Gobierno – y el engaño, la deliberada falsedad y la pura mentira, utilizados como medios legítimos para el logro de fines políticos, nos han acompañado desde el comienzo de la historia conocida. La sinceridad nunca ha figurado entre la virtudes políticas y las mentiras han sido siempre consideradas en los tratos políticos como medios justificables’

En el caso Bolivia, si bien la Constitución Política del Estado Plurinacional, ha incorporado sendas previsiones sobre el derecho de acceso al información (artículo 21 inc. 6), empero, aún estamos lejos de consolidar una verdadera cultura de transparencia, control público y rendición de cuentas, siendo que en el caso recite del gobierno de transición de Janine Añez, se han reiterado estas prácticas oscuras con la Resolución Ministerial No. 043 de 7 de Febrero de 2020 que autoriza a las entidades publicas eludir el registro de las compras estatales en el SICOES  y que a mayor abundamiento, fueron moneda corriente en el régimen de Evo Morales, resaltando el famoso artículo 83 de las NC-SABS que permitían a las empresas públicas estratégicas realizar sus procesos de contratación de modo directo, librando carta blanca a la corrupción, el secreto y al manejo discrecional de las arcas públicas. 

Al respecto, Pablo Oyarzun, en su trabajo ‘Secreto y Poder’, expresa que la palabra “secreto”, proviene del latín secretus, “separado, aislado, remoto” que es el participio del verbo secernere “separar aislar”, “siendo secreto un adverbio que precisamente expresa la idea de apartamiento. En este sentido, secreto es lo que separa o se aparta del conocimiento general o público. En el plexo de significados de “secreto” convergen, pues tres motivos determinantes: separación, decisión y juicio”; es decir, el secreto ejerce en el poder - e ahí la cuestión - “una función y un efecto. Su función: el ocultamiento intencional y apotropaico, como si la mirada del otro tuviese de cuyo un carácter dañino o maligno. Su efecto: la gestación de ese “segundo mundo”, el orbe de lo oculto, que determina decisivamente al mundo manifiesto”. Un ‘estado doble’ podríamos decir. No por nada, Elias Canetti, en su trabajo ‘Masa y Poder’, va a concluir que “El secreto ocupa la misma médula del poder”

En el caso de Bolivia, urge avanzar y profundizar una agenda estatal de transparencia, publicidad y control sincero y honestos de los fondos públicos, que evite repetir viejas e históricas mañas del manejo de la gestión pública, estableciendo reglas claras, puntuales y precisas para el manejo del Estado, evitando ‘gastos reservados’, ‘compras directas’, etc. que lejos de fortalecer nuestro sistema democrático, lo corrompen y envilecen. 

*Docente de la Carrera de Ciencias Políticas de la UMSS.