Auditoría del litio

Por José Carlos Solón

Durante muchos años, la planta industrial de carbonato de litio, fue presentada como el corazón del proceso de industrialización del litio en el país. Se trazó una línea que pretendía pasar de la producción piloto a la producción industrial. La estrategia consistía en agregar valor produciendo carbonato de litio grado batería, materiales catódicos y baterías de ion litio.

El gobierno de Bolivia y la empresa nacional Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) establecieron un plan para la industrialización en diferentes fases. La primera incluía la construcción de piscinas de evaporación y de una planta piloto de carbonato de litio de 480 toneladas métricas año (TM/año). Está planta piloto se concluyó en 2014. La segunda etapa comprendía la construcción de una planta industrial de carbonato de litio de 15.000 TM/año. Esta planta debió haber entrado en funcionamiento en 2019 y según el último anunció del gobierno recién entrará en operaciones el segundo semestre de 2023 con una producción inicial de 2.500 TM/año de carbonato de litio. La tercera fase de producción industrial de materiales catódicos y baterías de litio está postergada y las autoridades hablan cada vez menos de ella.

La producción y ventas de carbonato de litio a las que hace referencia la propaganda del gobierno son de la planta piloto. En 2018, se registró una producción de 250 TM, en 2019 alcanzó una producción de 420 TM, entre febrero y julio de 2020 la planta piloto no produjo nada por la pandemia y en los seis meses posteriores produjo 201 TM de carbonato de litio. Recientemente el presidente de YLB, Carlos Ramos, anunció que hasta septiembre de 2022 se logró comercializar 287 toneladas de carbonato de litio, sin aclarar si estos son de la producción de este año o si se trata de ventas provenientes del stock en almacenes de YLB.

La producción de carbonato de litio de la planta piloto de YLB es grado técnico y no grado batería. El grado técnico con una pureza un poco superior al 98% de carbonato de litio se usa en diferentes bienes manufacturados, como vidrios y cerámicas, mientras el grado batería, con una pureza superior al 99,5%,se destina a la fabricación de baterías paraautomóviles eléctricos y celulares.

En síntesis, producimos y exportamos cantidades mínimas de carbonato de litio grado técnico de la planta piloto. En las estadísticas mundiales del comercio de carbonato de litio Bolivia no figura por lo diminutas de sus exportaciones.

La planta piloto industrial de 15.000 TM de carbonato de litio grado batería está cuatro años retrasada. Las autoridades de YLB responsabilizan de este atraso a la pandemia y al gobierno de Jeanine Añez, pero no hablan de los problemas más de fondo que se arrastran desde el gobierno de Evo Morales. El plan de industrialización de litio en Bolivia como se lo concibió tiene fallas estructurales de diferente índole, unas tienen que ver con la eficiencia del proceso de evaporación solar para la salmuera del salar de Uyuni, otras con el olvido inexplicable de la construcción de la plata de tratamiento de agua de manera simultánea a la construcción de la planta industrial de carbonato de litio. Esta planta industrial para funcionar a plena capacidad necesita de un sistema de tratamiento de agua que recién ha empezado a construirse por la empresa Carlos Caballero en medio de una serie de controversias y denuncias.

El gobierno de Luis Arce debió haber realizado una auditoria económica y técnica al proceso de industrialización del litio para develar los verdaderos problemas y reencaminar dicho proceso. Es incomprensible que con una inversión estatal de mil millones de dólares hasta ahora no se esté produciendo carbonato de litio grado batería a nivel industrial.

Para salir del atolladero del litio, el año pasado anuncio una nueva fase en el proceso de industrialización que no estaba en los planes originales: la Extracción Directa de Litio (EDL) que ahora involucraría a los salares de Uyuni, Coipasa y Pastos Grandes. El proceso de selección de la empresa que realizará EDL es poco transparente.  La información pública es extremadamente escueta y no se conocen cuáles serán los criterios para la selección de las empresas ni qué tipo de contrato se suscribirá con ellas. Lo único que informa YLB es que existen seis empresas que siguen en carrera (4 chinas, 1 rusa y 1 estadounidense), y que para fines de año se conocerá a las elegidas.

Para tapar la gravedad de la situación del proceso de industrialización del litio, el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021-2025 anuncia que para 2025 los ingresos por ventas de productos derivados de litio y baterías de litio alcanzarán la cifra de 3.134 millones de dólares y que el 90% de la producción de hidróxido de litio y carbonato de litio provendrá de los nuevos procesos de EDL. Dos cuestiones saltan a la vista de estos datos del PDES: Toda la inversión de la planta industrial de carbonato de litio a inaugurarse recién en 2023 representaría apenas el 10% de la producción de litio para 2025. La EDL, que aún no está ni siquiera en instalación en Bolivia, sobrepasaría en nueve veces la producción de la planta industrial de carbonato de litio y generaría una cifra superior a todos los ingresos por exportación de hidrocarburos en un período de apenas dos años.

Es necesario mirar al pasado para avanzar hacia el futuro sobre bases reales. Lo que corresponde es un proceso de auditoría técnica y económica a todo lo obrado hasta ahora en el proceso de industrialización del litio. ¿Por qué hay tantas incongruencias en las cifras? ¿A dónde fue a parar los mil millones de dólares de inversión? ¿Se invirtieron de manera adecuada? ¿Por qué no producimos carbonato de litio grado batería en la planta piloto? ¿Porqué se olvidaron construir a tiempo la planta de tratamiento de agua? ¿Qué pasará con la inversión en las piscinas de evaporación cuando entre en funcionamiento la EDL? ¿A que estrategias de EDL se está apostando? ¿Qué clase de asociaciones se piensa establecer con las empresas extranjeras para la EDL? ¿Qué impactos tendrá la nueva tecnología de EDL sobre la legislación del litio vigente? Y la pregunta de la cual las autoridades hablan muy poco: ¿Para cuando la planta industrial de materiales catódicos y baterías de litio en Bolivia?

*José Carlos Solón es autor del libro Espejismos de abundancia. Los mitos de la industrialización del litio en Bolivia, editorial Plural, 2022.