Opinion

EL SATÉLITE, UNA HERRAMIENTA MÁGICA
La Yapanet
Fátima López Burgos
Jueves, 13 Junio, 2013 - 20:54

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A partir del 20 de diciembre de 2014, el satélite Tupac Katari se convertirá en una herramienta mágica, capaz de sacarnos de la pobreza y aliviar las aflicciones y preocupaciones más apremiantes de los bolivianos. Al menos, esa es la promesa de sus impulsores.
 
Un total de diez países y el grupo formado por la Agencia Espacial Europea (ESA) han lanzado satélites a órbita, incluyendo la fabricación del vehículo de lanzamiento. Otros países sólo tienen capacidad para diseñar y construir satélites, pero no han podido lanzarlos de forma autónoma sino con la ayuda de servicios extranjeros. Se estima que el 7% de los objetos espaciales (unos 560 satélites) está en funcionamiento, mientras el resto es chatarra espacial.
 
Se espera que el primer efecto del satélite en los bolsillos de los bolivianos será la reducción del costo del acceso a internet y la masificación de su uso, sobre todo en el área rural, donde por el polvo y el olvido, la gente no cuenta con luz y menos servicios básicos, se sigue curando con orines, por la precariedad de los sistemas de salud.
 
En términos sencillos, el satélite es como un cuchillo, sirve para pelar fruta, pero también sirve para matar. Esta valiosa herramienta, una vez puesta en órbita, la podremos utilizar para fines militares, una posible guerra antimisil o para el espionaje, que tanto nos gusta y apasiona y que en los últimos años permitió desbaratar una red de corrupción y desenmascarar a algunos jueces y fiscales.
 
El  satélite Tupac Katari, paradójicamente, se lo construye en China, un país que consume todo lo que produce, con excepción de hidrocarburos, una debilidad que le exige importar materias primas estratégicas, casi a cualquier precio. Los creadores del satélite, tras su lanzamiento, muy bien podrían identificar con exactitud la ubicación de las riquezas mineralógicas y petroleras de Bolivia y utilizar esta información de manera estratégica.
 
Pero no todo es negativo, el satélite permitirá reducir la gigantesca brecha digital propia de los países en desarrollo y el analfabetismo digital que es otro rostro de la pobreza.
 
Se estima que los avances más significativos serán en el terreno de las comunicaciones y, especialmente, en las señales de televisión.
 
A pesar de estos beneficios los expertos se siguen preguntando si ésta es la mejor forma de invertir los preciados recursos, especialmente en países donde ni siquiera es posible alimentar adecuadamente a la población y menos resolver problemas básicos de enfermedades transmisibles como la gripe H1N1, malaria, dengue, leishmaniasis, tuberculosis, chagas y hantavirus,
 
El manejo de este cuchillo artificial en el espacio, con un costo de 300 millones de dólares, habrá que administrarlo con cuidado a fin de obtener beneficios en favor de los bolivianos.
 
Email de contacto de Fátima López, [email protected]