Lo peor de lo peor

Por Jimena Costa Benavides

En “Lo Nacional Popular en Bolivia”, René Zavaleta usa la crisis como método, entiende la crisis como la instancia de intensidad que permite ver los resultantes o síntesis de la sociedad por ser una fase de concentración o centralización de una forma que de otro modo aparece como archipiélago. “La crisis posibilita la aparición patética de las puntas de la sociedad”, dice. Nunca más pertinente. La pandemia nos muestra las puntas de la sociedad y no es un panorama alentador.

Más allá de la ausencia de legitimidad del gobierno; de las acciones para eludir el único mandato constitucional que tiene –convocar a elecciones-; y del uso de bienes, recursos y funcionarios públicos para su campaña, desespera la ineficiencia, la indiferencia y la estupidez con las que enfrentan la crisis del Covid. Es una farsa el discurso de que les importa la salud de los bolivianos cuando los ministerios exigen a sus funcionarios ir a trabajar aún si están contagiados. Son varias ya las denuncias de funcionarios que debido a la sintomatología que tienen, desde la madrugada pasan horas en la fila para hacerse el famoso test en la Caja y no lo logran, entonces siguen yendo a trabajar a pesar de sus males, otros pueden pagar el test en un centro privado y cuando llevan el resultado positivo a su “jefe” no lo reciben porque “tiene que ser de la Caja”, entonces siguen yendo a trabajar y extienden el contagio.

Ofrecieron centenares de respiradores que nunca llegaron, ahora ofrecen millones de vacunas que seguro llegaran cuando la pandemia haya pasado y las elecciones también. Están con el cuento del Plan de Empleo cuando no aprovecharon la cuarentena rígida para atenuar la insuficiencia de infraestructura y equipamiento hospitalario para contener la crisis sanitaria en ésta etapa. Sus voceros están muy ocupados en desgastar a Mesa y a Arce –en ese orden-, y no en desgastar al virus. Las cifras oficiales diarias de contagios y decesos no reflejan la realidad. Existen 16 laboratorios públicos –los incrementaron- pero están colapsados o paralizados por falta de reactivos e insumos (https://boliviaverifica.bo/sin-insumos-ni-reactivos-bolivia-no-es-capaz-de-medir-el-impacto-real-del-contagio/); los médicos regularmente reclaman y denuncian la falta de material de bioseguridad indispensable y se están contagiando y muriendo; los cementerios están colapsados y no va a ser por 3.000 fallecidos, sino porque el informe diario no cuadra: por ejemplo en La Paz hablan de 1 muerto al día y en los cementerios informan de 30 entierros en 6 horas y en los crematorios dicen que incineran 8 cuerpos por hora; hay cadáveres en descomposición hasta 7 días esperando la confirmación del test de covid para proceder al protocolo en el manejo de cuerpos (80% son sospechosos de covid) ¿No sería mejor aplicar el protocolo a todos y no tener cadáveres en el corredor de alguna morgue? Y eso que nadie sabe cuantxs bolivianxs están siendo enterrados en cementerios clandestinos.

Para rematar el dantesco cuadro, el MAS está movilizando gente para cuidar los intereses de sus patrones que si no marchan los sancionan. Aunque estén enfermos, como se probó cuando 2 de los 15 detenidos el 18 de julio estaban contagiados (https://www.atb.com.bo/sociedad/dos-de-los-15-marchistas-detenidos-durante-la-marcha-de-la-cob-dieron-positivo-covid-19). Si se contagian nadie los interna y si contagian a los que si se cuidan o a los médicos no les importa. Hasta los grupos terroristas y carteles de narcotráfico están llevando adelante acciones para proteger a sus miembros con distribución de paquetes de ayuda, reparto de víveres, toques de queda, prohibición de salir fuera de horarios autorizados, etc. (https://www.razon.com.mx/mundo/terroristas-narcos-pandilleros-blindan-covid-19-396482). El MAS no. Exponer a sus propias bases para buscar el retorno al poder es inhumano. Para mí es lo peor de lo peor. Superaron las barbaridades de los Demócratas.