Manuel Morales Alvarez
En torno al ejercicio de derechos y la lucha ambiental en Bolivia, han surgido como espacios de micropoder algunas victorias como la de los Tsimanes, Viacha, Alto Beni y Palos Blancos, las acciones constitucionales favorables en torno a la consulta previa, libre e informada en el caso de la suspensión de los contratos del litio y las medidas cautelares para erradicar los incendios. Si se analiza cada uno de estos casos se verá a grupos sociales dando la batalla por el medio ambiente o por el respeto de sus derechos, en una lucha desigual. Sin embargo, los resultados son muy significativos y ayudan a conformar la noción de que se trata de micropoderes.
En el caso del pueblo indígena Tsiman que se encuentra en el Beni frente al conflicto social con comunidades interculturales y el mismo Estado Plurinacional a través de diferentes instituciones y autoridades vinculadas a la titulación de tierras, plantearon en la justicia constitucional una Acción Popular, es decir un pleito constitucional “contra todo acto u omisión de las autoridades o de personas individuales o colectivas que violen o amenacen con violar derechos e intereses colectivos, relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y salubridad pública, el medio ambiente y otros de similar naturaleza reconocidos por esta Constitución” (CPE). La sentencia les fue favorable, para obtener la titulación de sus tierras comunitarias y la anulación de tierras individuales (interculturales) dotadas dentro de su territorio.
En el municipio de Viacha, varias empresas mineras operan generando una contaminación de fuentes de agua, tierras y aire con mercurio y arsénico, lo que obligó a una movilización de comunidades que obligaron al Consejo Municipal a aprobar una ley para expulsar la actividad minera del municipio. Es una batalla ganada, que deberá ser consolidada más adelante
En los municipios de Alto Beni y Palos Blancos los pobladores lograron una declaración municipal como productores agroecológicos y “libres de minería”, lo que es una situación extraordinaria para el Departamento de La Paz y toda Bolivia.
El Tribunal Agroambiental ha paralizado el trámite de los contratos mineros del Litio hasta que se lleve a cabo la consulta previa libre e informada y la evaluación de impacto ambiental, con lo cual la Asamblea Legislativa Plurinacional debe para el tratamiento de estos contratos.
En otro fallo sin precedentes, el Tribunal Agroambiental de Bolivia desestimó las impugnaciones de 16 instituciones estatales y gremiales —incluyen do la Procuraduría, la ABT, y varios ministerios— y reconoció como prueba válida la documentación elaborada por la sociedad civil, abriendo un nuevo capítulo en la justicia climática al consagrar el derecho ciudadano a fiscalizar y exigir cuentas al Estado frente a la devastación de los bosques.
Los casos expuestos muestran un avance de la lucha social, por ello se afirma que los micropoderes son una forma popular de resistir, luchar y avanzar desde lo local, básicamente en defensa de derechos y reivindicaciones.
Tal vez es la manera más cruda de una pelea asimétrica donde lo local se enfrenta al Estado, al gobierno y/o sus instituciones. Por lo general, el Estado impone sus condiciones, sus proyectos, en otros casos el conflicto es tan profundo que prolonga la situación buscando obtener ventajas a través del cansancio y el desgaste, o en otros casos, retrocede.
En Bolivia hay muchos ejemplos en el pasado reciente, donde los muertos, la represión o descrédito obligo a la retirada del Estado, por ejemplo lo del Tipnis o Mallku Khota.
Mientras el movimiento general de las grandes organizaciones, como la COB o campesinos por ejemplo, buscan vincularse prebendalmente al gobierno de turno, las luchas locales tienen otras dimensiones, otros liderazgos y gozan de victorias y no sólo de derrotas, como podría hacer pensar en la asimetría de las fuerzas en juego.
Siempre habrá micropoderes.
Ahora, la coyuntura de la transición entre el fin del modelo del MAS y el nacimiento de algo nuevo que todavía no logra configurarse, parece ser un escenario propicio para la emergencia de micropoderes que destacamos hoy.
17 de septiembre de 2025