Ser sacerdote, testigo y profeta hoy

Por: P. Guillermo Siles Paz, OMI

Hoy me tocó nuevamente participar de la solemnidad de la misa Crismal, el año pasado no fue posible, porque la cuarentena era rígida, y hoy estamos más abiertos y por eso tuvimos la oportunidad de unirnos al arzobispo y celebrar este momento valioso.

Creoque los años me pueden ayudar a entender muchas realidades del sacerdote. La entrega a la misión, al compromiso y a la vida de la iglesia. La misión del sacerdote en ningún momento está en cuestión, sino al contrario esta exigido para vivir, un radicalismo evangélico, una vida cercana a la comunidad y abierto a sus costumbres y tradiciones populares. En medio de ellos ser un testigo de sus tristezas, alegrías y soportar inclusive la dureza de algunas realidades. 

Comprendí que la cercanía a los pobres nos da una visión de país y de la misma humanidad, tal vez ahí esta una diferencia substancial de la vocación, porque un sacerdote muchas veces está encarnado en la vida de las familias, en el servicio,la amistad y amor a Cristo. Ahí uno encarna los valores de Cristopara acompañarlos y vivir lo su cotidianeidad.  Esto explica, que a veces, es necesario una buena amistad, que muchas palabras. 

Muchos exigen y suplican al sacerdote su dimensión espiritual, porque la comunidad y los amigos te piden que seas un intercesor ante Dios, te piden que tu ayudes a sobre llevar a algunas cargas a Dios, será por la naturaleza espiritual que tiene el sacerdote. Para muchos es como el experto en llevar una vida mística, de relación profunda con Dios, porque Dios te acompaña, te escucha y te ama. Nadie dudará que un sacerdote puede ayudar a encaminar hacia nuevas rutas o enderezar el camino. A veces el sacerdote puede llevarte a una conversión real de tu vida, o a también a encontrar en tu familia y sociedad, el lugar que estabas perdiendo.

El sacerdote, en el misterio eucarístico adquiere una dimensión mística más profunda, el ser un “alter cristus”, hace que la acción salvadora se encuentra respalda por la entrega constante y vigilante. Para el sacerdote la eucaristía es el centro de su vida, es la entrega personal, es la energía para la misión y es donde emerge la acción de gracias. Muchos han encontrado, en la eucaristía, la fuerza liberadora del amor de Dios, que nutre a la iglesia y el caminar del mismo sacerdote. 

Muchas veceslos sacerdotes podrían estar en dificultades, o problema y es la dimensión espiritual la que le ayuda a caminar y enderezarse. Aunque a veces hay algunas dificultades que son producto de una mala comprensión o un relajo espiritual. Esto no le quita de ser un testigo frente a las injusticias que viven las personas; de las realidades a veces desesperantes de las familias, o simplemente viendo las miserias de algunas personas que aplastan a los pobres, o se sirven de ellos. De ahí que vienen voces de denuncia y protesta. En varias oportunidades nos pusimos a lado de los más débiles, de los vulnerables, de los que están desprotegidos porque ahí esta Dios, porque es Cristo que padece en los pobres, miserables y marginados de la sociedad. Y no nos acercamos por interés, o denunciar solo por protagonismo, sino porque queremos ver la paz y la concordia, que llegue a los corazones de los hombres. O porque queremos que la verdad y la justicia lleguen a estas personas sufrientes de la vida. 

Los sacerdotes con voz profética, muchas veces han sido silenciados por los unos y por los otros, la miseria del poder, encandila a la verdad, a veces se alía con los amigos y los enemigos y aplastan al profeta, de ahí que hay muchas vocesde sacerdotes que no pueden decir lo que piensan y simplemente están en el silencio construyendo mejores días en su vida. El establishment, el statu quo de la sociedad, a veces trastorna a estas personas y las consideran estorbo. A ellos los desprestigian ante su entorno. Sin embargo, estos sacerdotes, saben que la verdad los hará libres, aun sabiendo que su palabra, puede ser silenciada. 

Por eso hoy comprendí, que ser sacerdotes no puede ser simplemente un funcionario, sino un activista de la verdad, del amor y la misericordia de Dios, comprendí que cada día debemos de encontrar en la comunidad las oportunidades de vida digna, justa y solidaria y que simplementepodamos caminar luchando hasta encontrarlo. 

Por lo tanto, ser sacerdote es bello y desafiante, porque tiene un alto grado de altruismo, entrega y sacrificio por el otro. Dios es testigo de ese compromiso que asumes. Como diría también el Papa Francisco, mejor un sacerdote que se equivoque al hacer algunas acciones, a que esté inerte, estéril en la pasividad. Pero también ahora el mismo Papa nos pide ser constructores de la fraternidad y ésta será la misión desafiante. La fraternidad será un gran valor, un modelo en la sociedad, que refleja la sencillez y la madurez para ser todos hermanos. La fraternidad será nos induce a ser personas con un corazón abierto a la riqueza del otro, abiertos a valorar sus sueños y valores y comprometidos para ser constructores de la fraternidad en la misma sociedad. 

Ser consagrado para servir, se convierte, en ser un elegido de Dios para amar eternamente.