Opinion

LA MINERIA EN EL DISCURSO
Sobrevigencias
Alfredo J. Zaconeta Torrico
Martes, 25 Agosto, 2015 - 11:13

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El pasado 6 de agosto, con atención, escuchamos el discurso presidencial, con motivo del aniversario patrio.  A diferencia de otros discursos, destaco de manera evidente que la minería quedó relegada a casi nada, el Presidente sólo hizo mención a los volúmenes y valores de exportación que se registraron en las últimas gestiones; sin embargo, lo más relevante fue anunciar que se estima una pérdida de 800 millones de dólares en las recaudaciones mineras de la presente gestión. Hecho desde luego previsible.

Como consecuencia de ciertas medidas externas se continúa registrando bajas en las cotizaciones internacionales de los minerales, aspecto que nos afecta de forma directa; en consideración, que Bolivia continua siendo productor y exportador de materias primas, situación que no cambia desde épocas de la colonia en el sector minero.

Haciendo una breve evaluación del actual estado de situación de la minería estatal, nos encontramos con una minería incapaz de responder a las necesidades que tenemos como país. Una minería que no termina en conjunciones por ausencia de planificación. Las muestras de ésta crisis se traslucen en varios fracasos en las diferentes operaciones del Estado, a mencionar:

Las reiteradas fallas en el Horno Kivcetde Karachipampa y su puesta en funcionamiento al 100%, con una carga garantizada, provista por la Minera San Cristóbal (MSC), según contrato firmado en junio de 2014, por el cual se acordó que de las 400 toneladas que produce MSC por día, se entregue 120 toneladas (30%) que requiere diariamente Karachipampa.

Colquiri, que por falta de “decisión política”, continúa con sus enfrentamientos por áreas de trabajo, generando zozobra entre los mineros y la población de este distrito, además de la reducción en sus utilidades en comparación con la pasada gestión.

Huanuni, que se constituye en el caso más trágico. La deficiente administración y los elevados costos de labor habrían ocasionado una pérdida de 12 millones de dólares; el nuevo ingenio Lucianita recientemente entregado en el mes de febrero de este año, aun no ingresa en funcionamiento,  debido a la falta de provisión de agua (33.000 m3/día) y de un dique de colas que permita su adecuado funcionamiento, ingenio que tuvo una inversión de 50 millones de dólares. A este panorama se suman los diferentes problemas de carácter social, referidos a la jubilación de trabajadores y la falta de consenso en una nueva escala salarial. Es menester apuntar además que, el último plan delineado para sacar a flote Huanuni, se propone lograr una producción de 930 TMF; meta por demás complicada de lograr, considerando que la producción de junio 2015 alcanzó a 603 TMF; por lo tanto el plan implica incrementar en 50% la producción actual promedio de Huanuni.

La fundición de Vinto, Horno Ausmelt, al igual que el nuevo ingenio de Huanuni aun no ingresa en su fase de operación, ésta recién se materializaría en el mes de septiembre del presente año; en este caso, la duda cierne con referencia a qué operador minero será el que garantice los volúmenes requeridos para su funcionamiento.  Al momento de su inauguración en febrero 2015, el Gerente de Vinto comprometió que en la presente gestión se llegaría a una producción de 15.000 TMF. La producción real de estaño metálico alcanzó en 2014 a 11.734 TMF, según el Anuario Estadístico Minero Metalúrgico de dicha gestión, haciendo una diferencia de 3.266 TMF para llegar a la meta fijada por el Ejecutivo de Vinto.

La industrialización de nuestra minería tradicional aún sigue siendo tarea pendiente, no es un tema que haya gozado de la debida atención por parte del gobierno y por lo percibido en el último discurso presidencial, aun no hay perspectivas de ello.

Para bien de Bolivia, la industrialización de nuestros recursos Evaporíticos se constituye en la excepción. Si bien las trabas administrativas lograron una demora en su cronograma inicial, se conoce que ya se avanzó en las licitaciones para la construcción de la planta industrial de las sales de potasio y la ingeniería para el diseño de la Planta de carbonato de Litio. Esperemos que estas no tengan más trabas administrativas y se cumplan en los plazos previstos.

En últimas declaraciones, el titular de minería Cesar Navarro anunció realizar una inyección de 1.200 millones de dólares para reactivar la minería; sin embargo, lo que no se conoce es como se distribuirían y priorizarían estos recursos, considerando que el Plan Estratégico Minero aun no fue aprobado ni consensuado entre los actores, otro aspecto a considerar es la falta de adecuación de Comibol a lo dispuesto por la nueva Ley Minera (Ley 535), que aún sigue pendiente y sin voluntad de concretar.

El análisis no puede omitir la situación que atraviesa la minería mediana, para muestra el ejemplo de lo que sucede con la Reserva Tres Amigos (Sinchi Wayra) que la pasada semana emitió preavisos de despido a un 70% de sus trabajadores, como es de suponer “en tiempo de crisis”, la masacre empieza por el lado más débil, trabajadores; no precisamente ejecutivos, que por lo general son los que gozan deelevados sueldos.

En cuanto a la situación de las cooperativas, el análisis debe hacer diferencia  entre el sector tradicional y aurífero; los primeros sienten con rigurosidad la caída en los precios de minerales y los segundos desarrollan su actividad normalmente, con la preocupación de que sus yacimientos no sean avasallados por comunarios que desean tener parte en las ganancias de la explotación de este preciado recurso no renovable.

Así como estos temas, seguro que hay mucho para hablar acerca de la minería en Bolivia; sin embargo y más allá de sólo el discurso de aniversario patrio, tendría que ser agenda de toda la gestión. La minería debe volver a ser efectivo actor en el desarrollo económico de nuestro país.