Por Fernando Huanacuni Mamani - Ex Canciller de Bolivia
Hoy, los pueblos indígenas originarios celebramos el Willkakuti, el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco 5529, que marca el retorno del Padre Sol y el inicio de un nuevo ciclo de vida, de un nuevo ciclo de cambio.
Así como acostumbraban nuestros abuelos, hoy hemos recibido los primeros rayos del sol para renovar nuestra energía, nuestra fuerza, nuestro Ajayu. Porque la energía de finalizar e iniciar un nuevo ciclo es una ceremonia que acompañamos proyectando nuestros objetivos en lo personal, familiar y en comunidad, para que nadie se quede atrás y todos tengan todo lo necesario.
Nuestros ancestros nos han enseñado que la historia, la Pacha, tiene su propio diseño y debemos respetarlo. Tiwanaku por naturaleza une las energías del Padre Cosmos y la Madre Tierra, por lo tanto, es la capital político espiritual de los pueblos indígenas; es el faro que por siglos ha iluminado los Procesos de Cambio en el continente, y hoy, emerge vigoroso para alumbrar y tejer armónicamente el horizonte de las próximas generaciones.
En Tiwanaku han coincidido diversas naciones promoviendo la Cultura de Paz, un proceso revolucionario pacífico, y no de confrontación menos de muerte. Aquí se han articulado los principios rectores del Vivir Bien, el respeto a la Vida, a la Madre Tierra.
Por eso cada año regresamos a Tiwanaku, a renovar nuestras energías y fortalecer nuestra qamasa. Porque en Tiempos de Cambio como el que nos toca vivir, debemos estar acompañados de la sabiduría de nuestros ancestros como Martín Uchu, Tupak Katari, Bartolina Sisa, Tomas Katari, Gregoria Apaza, Pablo Zárate Willka o los líderes históricos mapuches Caupolicán y Lautaro, o los jefes indios de Norteamérica, Oso Blanco y Toro Sentado.
El mundo está afrontando grandes transformaciones, y la Pacha nos está convocando a honrar las luchas de nuestros ancestros, a reconstituir la Cultura de la Vida. Porque no podemos ni debemos seguir sometidos al sistema capitalista imperialista que está sumergido en su crisis más profunda, una crisis financiera, energética, climática, sanitaria, alimentaria, y sobretodo una crisis de vida.
La humanidad necesita un nuevo amanecer, y eso implica migrar hacia el paradigma comunitario, retornar a nuestro horizonte de vida: el Vivir Bien/Buen Vivir.
Y regresar a nuestros orígenes, a nuestra lógica milenaria no es retroceder, es avanzar hacia la soberanía de nuestro continente; es consolidar el sueño de los abuelos y las abuelas. Es responder a nuestra responsabilidad generacional con la Pachamama, con la humanidad.
Vivir Bien implica renunciar al modelo capitalista, depredador, consumista, deshumanizador y competitivo, para vivir en armonía y equilibrio con la Madre Tierra, promoviendo la complementariedad, la diversidad y paridad.
Las tierras de América se están removiendo. Nuestros Abuelos están soplando vientos de esperanza, vientos de cambio. El Proceso de Cambio en el Abya Yala está emergiendo gracias a la energía del Padre Sol y la Madre Tierra; esa energía que se teje con la Conciencia Social de los pueblos para gestar la América Plurinacional de los Pueblos para los Pueblos.
En buena hora, en buen tiempo.
¡Jallalla Machaq Mara 5529!