Entre mixtura y guirnaldas, la dirigente Rosalva Vargas llegó este martes a Irupana de la provincia Sud Yungas y tuvo un emotivo recibimiento de pobladores que, varios entre lágrimas, dieron la bienvenida a su representante.

Vargas debe cumplir su detención domiciliaria en esa localidad yungueña, tras ser imputada por los hechos del 8 de septiembre en la toma del mercado paralelo de coca.

“Soy inocente y voy a seguir dando la cara”, exclamó Vargas visiblemente emocionada mientras llegaba en un minibús a su casa. “Fuerza Yungas, yo voy a seguir de pie por esta coca”, agregó.

La dirigente fue aprehendida el pasado martes y el viernes la justicia le otorgó la detención domiciliaria, mientras se investiga el caso. Recién fue trasladada a Yungas este 18 de octubre tras completarse los trámites.

Expresó su felicidad por el recibimiento de la comunidad y estar con su familia, según reportó Radio Yungas.

Recibió a medios de comunicación y pobladores en su domicilio. “El ser pobre no es una vergüenza, uno tiene que ser orgulloso de ser pobre porque esa persona da la vida por la gente de Yungas”, manifestó.

En su patio, Rosalba recibió los abrazos de comunarias. Hubo varias lágrimas de emoción por el reencuentro.

A pesar de la alegría, Vargas expresó su decepción con la Adepcoca, puesto que sólo se había colaborado a sus hijas con 400 bolivianos, mientras ella estaba detenida. “No pensé que iban a tener esa actitud”, lamentó.