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La entrada de la curva sur del estadio Hernando Siles da la impresión de haber recibido un misil. Una hilera de huecos abren el camino a quienes llegan a esa zona. Más adelante, ya en las tribunas, muchos obreros sacan y ponen poltronas, lo más rápidamente posible.
En los pasillos de la bandeja baja se puede observar la tarea que se cumple por parte de la gente contratada para el efecto, pero no cabe la menor duda de que la palabra caos tiene en estas imágenes su mejor ejemplo: nada está en su lugar.
La pregunta consiguiente es: ¿Todo esto estará listo para el diez de febrero? Ese día, The Strongest jugará por la Copa Libertadores de América el cotejo revancha contra el mexicano Monarcas de Morelia.
Uno de los responsables de la empresa La Paz, sociedad accidental que tiene a su cargo la obra, dice que sí, que no habrá mayor problema.
La fuente informativa a la que recurrimos prefiere mantener el anonimato, “por razones obvias”, además porque en el contrato hay una clausula al respecto que les impide hablar con los medios informativos.
“La obra fina, eso no va a estar listo, pero los baños estarán en condiciones de ser utilizados por la gente que venga al estadio”, asegura.
La palabra del experto tiene validez, pero la realidad contrasta con la visión que deja la tarea expuesta, a tal punto que el gobernador de La Paz, César Cocarico, ha mostrado su molestia y dejado en claro que si las obras no están concluidas para el día señalado, habrá problemas hasta de orden legal.
Un paseo más largo por las entrañas de la zona sur, deja ver claramente que hay una lucha contra el tiempo. Primero se dijo que todo estaría listo para diciembre, luego en enero y ahora en febrero, se ha quejado Cocarico.
“Nosotros tenemos un contrato que termina en diciembre de este año y estamos en el tiempo del contrato, porque luego tenemos que comenzar a trabajar en la curva norte, la recta de general y la preferencia”, acota el encargado de la obra.
En cuanto a las tribunas no parece haber problemas, luego de algunas refacciones los responsables de la obra han puesto de manifiesto que “los hinchas pueden seguir saltando otros treinta años, esto no se va a caer”.
Si se acepta la palabra de los expertos, el escenario tendrá aforo completo en la Copa Libertadores de América; si se remite a las imágenes, se está viendo la otra cara de la medalla.
La última determinación en sentido de trabajar también en horas de la noche, es una medida que trata de ganarle algunas horas al rol de partidos de la Copa Libertadores.
Queda claro que contra el tiempo, todos tratan de apurar una tarea que a esta altura, debería estar terminada.
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