El ex embajador de Bolivia en China, Carlos Bohrt, le contó a Erbol lo que vio en ese país en la década de los 90. Para entonces, dijo Bohrt, el gigante asiático ya estaba de pie. El ex representante señaló que ese despegue económico vino del campo en el momento en que el gobierno permitió que los agricultores pudieran vender libremente su producción. De ese modo, China construyó un mercado enorme que fue la base de su posterior auge industrial. Bohrt advirtió que el modelo consiste en permitir cambios en la economía, pero no dejar que existan transformaciones políticas, porque el Partido Comunista se preserva como la única sigla autorizada. ¿Es posible que algún día China sea un país democrático? Bohrt dijo que no existe una tradición en ese sentido y que pocos imaginan que esto pueda suceder pronto.
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