“Siguen propiedades debajo de la de la mazamorra. Eso es una depresión tan grande”, así visiblemente afligida la dirigente vecinal Jhenny Tapia describió la situación que atraviesan los habitantes de las zonas afectadas por la mazamorra de Bajo Llojeta.

El deslizamiento fue el 23 de noviembre, pero a más de tres semanas, el agua y el barro siguen dentro de varias viviendas.

“Lamentablemente el trabajo es muy lento. Tenemos todavía encima de nuestras propiedades la mazamorra. No vemos agilidad del municipio de La Paz, pero bueno no nos abandonan. A paso lento, pero seguro, como indican las autoridades”, expresó Tapia.

Según la dirigente, los vecinos han hecho acciones comunales y hasta han contratado una maquinaria pequeña, denominada “gallinita”, para limpiar sus viviendas, debido a que las topadoras no pueden ingresar por su gran tamaño.

Sin embargo, requieren más ayuda. Pidió que autoridades colaboren con maquinarias pesadas de Cofadena, pero también hizo un llamado a la ciudadanía para ayudar con recursos para contratar equipos.

Casi en llanto, la dirigente lamentó que sus vecinos atraviesan una situación de estrés que ya ha afectado su estado de salud, por lo cual también se requieren medicamentos.

“Lo peor es que se me están enfermando. Ya como mi persona igual está enferma, necesitamos también que alguien nos venga a dar medicamentos para el resfrío, vitamina B12, porque realmente estamos sumamente estresados. Imagínense en 20 minutos mis vecinos han perdido casi todo”, agregó.