Cámaras trampa registran el avistamiento de ejemplares del gato andino en Apolobamba

Las cámaras trampa instaladas en zonas elevadas rocosas y alejadas de las Markas Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros del Área Natural de Manejo Integrado Nacional (AMNIN) Apolobamba, registraron el avistamiento de varios ejemplares del gato andino, esto confirma la presencia del felino esquivo en la región altoandina donde se conserva el hábitat de varias especies.
El equipo de la Fundación Teko Kavi que ejecuta el proyecto “Conservación del gato andino en Bolivia y Perú” con el respaldo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) instaló 40 cámaras de foto trampeo en varios sitios alejados de las comunidades (que conforman markas), con la participación de guardaparques y los pobladores del lugar.
El biólogo especialista en mastozoología (experto en el estudio de mamíferos), Josef Rechberger explicó que los individuos (que fueron registrados) “se ven saludables, pero por una fotografía no se puede llegar a la conclusión que la minería (instalada en la región) no les está afectando, para eso se tendría que hacer un análisis de muestras de sangre, heces o pelo”.
“El hecho de haber registrado al gato andino es importante para nosotros porque nos indica que todavía los cuerpos de agua no están tan contaminados y esto nos ayuda a fortalecer las acciones del Plan de Acción de Conservación del gato andino en Apolobamba y para que la gente del lugar cuide al felino y los ecosistemas donde vive”, detalló el especialista.
El felino esquivo con un pelaje gris ceniza y con manchas marrones y amarillentas, tiene un peso de entre siete a ocho kilogramos y una altura de unos 40 centímetros, sin embargo sobresale su cilíndrica cola que es más larga que su cuerpo con anillos anchos de color café oscuro a negro.
Algunos estudios revelan que los mamíferos y especialmente los carnívoros han sido propuestos como indicadores de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas. En general una especie se considera indicadora cuando, la presencia de la misma significa que el hábitat donde vive se encuentra en buena condición ambiental.
Al menos tres ejemplares
“Se trata de un registro muy interesante, los avistamientos en varios lugares con las cámaras trampa, nos muestran al menos a tres individuos juveniles de gatos andinos que están sanos”, informó la bióloga de Teko Kavi, Oriana Prado que participó en la instalación y ubicación de los dispositivos fotográficos.
Dijo que se puede identificar a los tres especímenes de Leopardus jacobita con alguna característica que los diferencia. Afirmó que las cámaras trampa estuvieron colocadas en lugares alejados entre ellas, y que se tardó cerca de 10 días en la instalación.
Prado considera que el avistamiento de los felinos demuestra que su hábitat aún está bien conservado junto con los bofedales que le suministran agua y la existencia de vizcachas que son su principal alimento.
“Las poblaciones del gato andino tienen un futuro en Apolobamba, se van a reproducir más adelante y esto es un indicador de los lugares donde estaban instaladas las cámaras trampa están bien preservados, donde también existe la presencia de otros animales que habitan en la región”, agregó.
Las cámaras trampa que fueron colocadas en zonas rocosas elevadas y alejadas de las Markas Apacheta, Cañuhuma y Suni Alpaqueros de Apolobamba también registraron el avistamiento de una taruca o venado andino, gatos del pajonal (que comparte el hábitat con el gato andino) zorros, zorillos, vicuñas, el pichón de un búho y otras aves.
El gato andino es conocido también como el “mensajero de los Achachilas” que habita en las altas montañas de los Andes en Bolivia, Argentina, Chile y Perú. En el territorio nacional se distribuye en los departamentos de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí.
La Fundación Teko Kavi que busca fortalecer los medios de vida sostenibles para comunidades indígenas con un Plan de Acción de Conservación del ANMIN Apolobamba, ejecutó el 2023 el proyecto “Conservación del gato andino en la Nación Pukina dentro del Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba” que posibilitó la elaboración del plan de acción y de una guía que promueven la conservación del pequeño felino por medio de la educación ambiental que incluye una metodología lúdica.
Según la información de Teko Kavi la especie Leopardus jacobita se encuentra a nivel mundial en la categoría “en peligro (EN)” calificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pero en el país está en un nivel más de clasificación: “en peligro crítico (CR)” como se publica en el Libro Rojo de Vertebrados de Bolivia.
Esto significa que la especie “tiene un alto riesgo a la extinción en estado silvestre en el país”, por las amenazas que enfrenta con la minería aurífera, la fragmentación de su hábitat, la ganadería extensiva de llamas y alpacas que invaden bofedales y cuerpos de agua, vitales para el pequeño felino, conjuntamente los perros y gatos asilvestrados que compiten por su alimento y le transmiten enfermedades. (Cronista21)