Opinion

QUECHUA
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Martes, 26 Marzo, 2013 - 18:58

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Hablar el quechua en pleno Siglo XXI —a pesar de la influencia del español como primera lengua— resulta un privilegio y escribir el quechua en una cultura de tradición oral mayor privilegio todavía, como para registrar y dejar una referencia a las futuras generaciones, para que sepan que existió un idioma y que se va extinguiendo por falta de políticas gubernamentales serias que contribuyan a mantener y revitalizar el idioma.

Tenemos que reconocer, sin embargo,  que el gobierno de Evo Morales y el Ministerio de Educación, están en el propósito de recuperar los idiomas nativos en la curricula educativa de la escuela primaria y secundaria, así mismo, existen disposiciones laborales para incorporar personal de habla quechua en las instituciones públicas para la atención del cliente.

Las Universidades, según el contexto en el que se encuentran, enseñan idiomas nativos, principalmente en aquellas carreras que requieren aprender por la exigencia laboral, con el propósito de llevar a cabo sus actividades profesionales hablando el mismo idioma y logrando cierta empatía con el público indígena, originario o campesino, para entender sus problemas y necesidades y responder con pertinencia sin necesidad de traductores.

En esa misma lógica, el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, realizó un Coloquio sobre el quechua, dirigido a docentes que enseñan el idioma o que tienen habilidad y dominio en el habla, los estudiantes quechua-hablantes al enterarse del Coloquio, se adscribieron a la misma para enriquecer con sus reflexiones en torno al tema.

La primera constatación, es que el idioma quechua se aprende en la casa, en la familia, escuchando hablar al papá, la mamá, los abuelitos y hermanos que contribuyen a generar un aprendizaje natural, sin sobresaltos ni dificultades que entrañaría aprender una segunda lengua, fuera del contexto y del espacio geográfico en el que se vive y se aprende.

Segunda constatación, es que el quechua se aprende en las interrelaciones que se dan entre los compañeros de la escuela, los vecinos, amigos que utilizan el idioma en el área rural (primera lengua) para comunicarse permanentemente y, es en la escuela —donde se aprende el español como segunda lengua—, en el futuro pasa a constituirse en primera lengua, por la exigencia social y el contexto donde termina viviendo el quechua hablante.

Tercera constatación, la escuela urbana y rural es la que castra la utilización del quechua, porque todo se enseña en español y los niños del campo aprenden a usar un esquema mental diferente, en contraposición a su cultura, su cosmovisión y su relación con la naturaleza y los animales, para asimilar otros patrones de vida  relacionados al mundo urbano.

Cuarta constatación, que el idioma quechua se hace necesario e imprescindible para los profesionales, técnico, promotores  y otros que quieran optar puesto de trabajo  en Instituciones Públicas y Organizaciones No Gubernamentales que tienen su mirada de trabajo en las comunidades campesinas y que requieren de la capacidad de diálogo y de empatía con el público con el cual trabajan en el área rural.

Quinta constatación, la necesidad de recuperar la enseñanza del quechua, no solo en las comunidades campesinas, también en las ciudades donde hay presencia de quechua hablantes, pero al mismo tiempo re posicionar el habla en el mercado, en las oficinas, en la escuela y las universidades, como forma de revitalizar el idioma hablando entre los que saben y buscando enseñar a los que no saben.

Constantino Rojas es periodista y docente universitario