Opinion

UNA LECCIÓN QUE APRENDER
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Martes, 3 Septiembre, 2013 - 10:44

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La visita del embajador de la República de Corea, Young Wook Chun, y de expertos coreanos que trabajan en el área del desarrollo económico en Corea, tiene el propósito de contribuir al desarrollo de la tecnología y la industrialización de los recursos naturales con valor agregado en beneficio del país, a través de dos instituciones presentes en Bolivia como la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA) y el Centro Internacional de Agricultura de Corea (KOPIA).

El Embajador de Corea, en su exposición en la Universidad Mayor de San Simón sobre la industrialización y la soberanía alimentaria en Bolivia, señaló que entre nuestro país y Corea existe una gran afinidad, que compartimos el sufrimiento de pérdidas territoriales, la experiencia de la colonización, la angustia de las guerras y que después de tanto sufrimiento, ambos países quedaron en la pobreza, el hambre y la falta de mejor porvenir.

Pero Corea superó esa etapa de sufrimiento y de pobreza en un tiempo no mayor a 30 años, industrializando la tecnología, la informática, la comunicación, los productos farmacéuticos, los equipos médicos, automotores, siderurgia, electricidad, la industria textil, el diseño y eso que, a decir de su embajador, Corea no tiene “ni una gota de petróleo y nada de gas” destacando que también su país logró la industrialización de la petroquímica y la refinería de gas.

Con mucho beneplácito, el embajador Young Wook Chun señaló que los coreanosgozan de una prosperidad económica, porque su país tiene un Producto Interno Bruto  Per Cápita de 23.500 dólares, cuando  en el año 1962 era apenas de 87 dólares. Este indicador de crecimiento económico se dio gracias a la industrialización de varios sectores y de la soberanía alimentaria, que se logró a través del incremento de la producción agrícola, el mejoramiento de la semilla, la eliminación de bacterias, el mejoramiento de la tecnología de los cultivos y la introducción de maquinaria en el agro.

Antes de la década de los años 60, según el Embajador, no existía maquinaria agrícola. Los campesinos coreanos trabajaban manualmente o con maquinaria muy primitiva, pero, desde la década de los años 70, las empresas coreanas se dedicaron a fabricar maquinaria más efectiva con ahorro de consumo de combustible, pues el Gobierno coreano promocionó una mejor tecnología de cultivo agrícola, ofreciendo además la capacitación a los productores campesinos para mejorar su producción.

Según Young Wook Chun, Bolivia cuenta con ingentes recursos naturales —cosa que no ocurre en su país— que requieren de la industrialización y de la tecnología y que en el periodo de 20 años, con esfuerzo y con una política agresiva de parte del Gobierno, se podría lograr un ingreso per cápita de 20.000 dólares por cada habitante, incidiendo en hidrocarburos, petroquímica, refinería, pero también  una soberanía alimentaria bien encaminada.

Con referencia al Plan de Promoción del Comercio entre Corea y Bolivia, Chae Yeon Hwang, consejero de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (CANEB), expresó que el país exporta quinua, vino, chuño, haba, alpaca y trucha, productos que tienen mucha acogida entre los coreanos y que a través de una estrategia de publicidad y la utilización activa de la prensa en Corea, se logró una ampliación de la inversión extranjera, que en el futuro permitirá el incremento de la capacidad productiva interna de cada uno de estos productos que pueden ser rentables y con mercado seguro para el país.

La Universidad Mayor de San Simón, anfitriona de las Conferencias Magistrales y del Ciclo del Cine Coreano, fue el escenario del inicio de una relación de amistad y de cooperación de parte del Gobierno de Corea,en el ámbito académico, la industrialización y el desarrollo de la tecnología. Una lección que aprender.

El autor es periodista y docente universitario