Planteamientos para la elaboración de una política pública para el desarrollo sostenible de la agricultura

Por: Julio Prudencio Böhrt - Economista, [email protected]; https://Julioprudencio.com

Acaba de publicarse el libro “Advances in Conservation Agriculture” del Burleigh Dodds Series in “Agricultural Science” editado por Amir Kassam, donde se reúnen una serie de investigaciones sobre la necesidad de implementar una Agricultura de Conservación (AC) para los países a través de la optimización de las técnicas de labranza cero, mejora de la salud del suelo, los cultivos intercalados y de cobertura, la integración de los cultivos-ganado, la mecanización y otros  temas, planteados en tres volúmenes.

Estos textos que vienen a constituir una guía para el planteamiento del desarrollo sostenible de la agricultura de los diferentes países reflejan el esfuerzo y conocimiento de autores de universidades e instituciones de diversas partes del mundo.

Da mucho gusto encontrar entre esos trabajos de autores de renombre mundial, el capítulo escrito por Dr. Theodor Friedrich (The Role of no or Minimum Mechanical Soil Disturbance in Conservation Agriculture Systems, entre otros capítulos a los cuales ha contribuido como co-autor) quien ha trabajado en Bolivia durante los años 2018-2020 dirigiendo la FAO. Su expertisse sobre el tema, así como su conocimiento sobre la realidad boliviana, impulsaron a plantearle algunas preguntas cuyas respuestas orientan para la elaboración de Políticas Públicas.

1. ¿Cómo encuentras la agricultura en Bolivia?

Es difícil, dar una respuesta a esta pregunta. En Bolivia se encuentra desde los sistemas agrícolas más modernos, tecnificados e incluso sostenibles, hasta sistemas altamente insostenibles tecnificados, pero también en muchas partes una agricultura de subsistencia, basada en prácticas llamadas tradicionales, pero corrompida por técnicas poscoloniales como la labranza del suelo y post revolución-verde, como el uso indiscriminado y descontrolado de agroquímicos. En fin, hay de todo. Viendo el potencial del país, Bolivia tiene tremendo potencial para una agricultura sostenible, aprovechando la biodiversidad única que tiene, y la diversidad de zonas climáticas. Sin embargo, en cuanto a los suelos, se encuentra mucha degradación, particularmente en el altiplano, que se ha convertido ya casi en un desierto. En vez de apuntar a una extensión de la frontera agrícola a costa de muchas áreas de un valor ambiental único, como la Amazonía y la Chiquitanía, y de depender de pocos productos de exportación masiva, Bolivia debería fortalecer la soberanía alimentaria y buscar la exportación con productos de alto valor y únicos en el mundo.

2. ¿Cómo encuentras los sistemas agrícolas en Bolivia?

Bolivia tiene varios sistemas de clasificación agrícola, diferenciando básicamente los sistemas agro industriales por un lado, y los sistemas de agricultura familiar tradicional de otro lado. Este esquema simplifica la cosa. Para mí las grandes líneas entre sistemas agrícolas están entre la agricultura agro-industrial, que considera a la agricultura una actividad económica productiva como cualquier otra actividad de este tipo, buscando un retorno máximo y rápido del capital invertido.

De otro lado, una agricultura familiar, que puede ser de gran escala y mecanizada, pero operada por la familia “campesina”; y puede ser de pequeña escala, tecnificada o no. Este tipo de agricultura normalmente está más dirigida a un manejo sostenible de los sistemas, siempre y cuando tenga el control, idealmente, de la propiedad de las tierras, en las cuales está operando, y una capacitación para darle una perspectiva a largo plazo a esta actividad. Obviamente esta actividad también es económica y debe dar un sustento económico a la familia campesina, pero al mismo tiempo tiene otros objetivos y perspectivas tanto sociales como ambientales. En Bolivia estos sistemas son disfuncionales por varios motivos, comenzando con la tenencia de tierra, pasando por las tradiciones, que muchos campesinos migrados del altiplano al oriente han perdido, hasta las malas prácticas de muchos actores, tanto de los grandes industriales, como de los pequeños de subsistencia. El uso del fuego para manejar tierras es uno de estos.

3. ¿Que proyectos lograste implementar con la FAO con el sistema de AC en Bolivia?

La Agricultura de Conservación en Bolivia es básicamente desconocida, con la única excepción de una parte de los miembros de ANAPO, que en años anteriores han recibido capacitación en el tema por CIMMYT y expertos internacionales, brasileños y argentinos. Pero desde esta parte del departamento de Santa Cruz, la AC no se ha extendido en Bolivia. Así, fue difícil introducir el tema en proyectos, que básicamente no fueron solicitados por el gobierno, que desconocía el concepto. Sin embargo, hemos tratado de introducir el concepto en una variedad de proyectos como una práctica mejorada. Este fue el caso, por ejemplo, en proyectos en la Amazonía, dirigida a sistemas de recolección de productos del bosque y sistemas agroforestales, donde hicimos capacitación sobre un manejo de las tierras sembradas sin labranza y sin fuego. Otro ejemplo fue el proyecto “Más Algodón” en el departamento de Santa Cruz, que tenía el objetivo de reactivar la producción algodonera de Bolivia. En este proyecto introducimos áreas pilotos con algodón en AC, aprovechando la presencia de sembradoras de labranza cero en la zona. Los resultados fueron muy buenos, particularmente en los años secos, que predominaban en este tiempo. Otro ejemplo fue un proyecto para reactivar la producción de quinua en todo el altiplano boliviano. Este proyecto apuntaba desde el inicio a la AC e incluía la compra de sembradoras para la siembra directa sin labranza. Con mecánicos bolivianos adaptamos las sembradoras a las condiciones particulares, casi desérticas, del altiplano sur. Además, con los mismos mecánicos, se construyó sembradoras manuales para la siembra directa. Con expertos de Brasil se introdujo varios cultivos de cobertura para proteger los suelos degradados y mejorarlos. También este proyecto ha producido buenos resultados y generó mucho interés entre los productores. Sin embargo, con los diversos cambios de gobierno y autoridades, fue difícil encontrar un interés en el alto nivel para extender la AC como la base para una agricultura sostenible, climáticamente inteligente y productiva en todo el país.

4. Tú que conoces también la temática de la maquinaria agrícola (las sembradoras y plantadoras, los diseños con poca alteración de suelos) ¿cómo encontraste la situación de los diferentes tipos de labranza (maquinaria) agrícola en el país?

Este es un tema muy importante. Mientras en el departamento de Santa Cruz se encuentran todas estas tecnologías- sembradoras con poca alteración del suelo, rollos cuchillo y otra maquinaria para una agricultura moderna- no se encuentra una infraestructura adecuada de mecanización agrícola en el resto del país. Para los pequeños agricultores campesinos y campesinas de la Amazonía, de los valles interandinos o del altiplano es casi imposible encontrar una infraestructura profesional de vendedores, talleres y servicios para una mecanización apropiada a sus condiciones. En cambio, los gobiernos han entendido la mecanización agrícola como un regalo al sector campesino, regalando sobre todo tractores grandes e inapropiados, equipados con arados y gradas de discos todavía menos apropiados para estas condiciones. Así, como “mecanización” se entiende en Bolivia muchas veces labranza del suelo con tractores, que es un concepto completamente equivocado. Mecanización agrícola describe todo tipo de apero, que se utiliza para facilitar los trabajos agrícolas, desde un simple apero manual, hasta equipos y máquinas de tracción animal, micro tractores, tractores grandes y maquinas autopropulsadas. Con excepción de equipos para la labranza de suelos, todas estas tecnologías son útiles y pueden ser usados tanto para una agricultura sostenible, como para una agricultura destructiva y de “minería”. Lo importante es que el sector de mecanización agrícola sea dirigido por profesionales del sector e impulsado por la demanda de los actores principales, que son campesinos y campesinas. En vez de comprar maquinas a su antojo y regalarlas, el gobierno debe crear las condiciones para que los fabricantes y vendedores de máquinas puedan establecer los contactos directos con sus clientes para buscar las soluciones sostenibles a los problemas particulares de todo tipo de producción. En temas delicados, como la aplicación de agroquímicos, el gobierno tiene la obligación de introducir reglas y controles (por ejemplo, guías técnicas para normas y uso de equipos de aplicación, establecer un código de conducta sobre la distribución y uso de plaguicidas).

5. Yo creo que Bolivia tiene mucho que aprender de la AC, pero eso significa que debe haber un cambio urgente del actual e insostenible sistema de producción y consumo de alimentos por uno que sea verdaderamente sostenible. ¿Qué problemas /obstáculos encuentras en Bolivia para que no haya ese cambio y para implementar ese tipo de sistema? ¿Qué intereses hay por medio que impiden ese logro?

La AC se está extendiendo en todo el mundo, más que nada por el sector campesino con propaganda de campesino a campesino. Sin embargo, esto solo funciona en países donde los campesinos tienen acceso a información técnica y a un cierto grado de organizaciones afines a la temática. En general, este proceso funciona mejor en países donde los gobiernos tienen una política a favor, introduciendo, por ejemplo, el concepto de la AC en la extensión agrícola y facilitando la presencia de equipos mecanizados para la AC en los mercados locales. Sin embargo, en Bolivia no existe ni siquiera una extensión agrícola, que funcione. Por ahí habrá que comenzar…. Igualmente se han creado varios conceptos de como establecer un sistema de extensión agrícola, que idealmente funciona con organizaciones campesinas, donde los extensionistas no son los “profesores” que dicen como hacer las cosas, sino que son facilitadores, que animan a los campesinos y las campesinas a introducir nuevas prácticas, les ayudan en encontrar información, conocimientos y soluciones a problemas que encuentren. Esta es una inversión, pero no a fondo perdido. Además, para los agricultores grandes y avanzados, este servicio debe ser pagado, que también serviría como control de calidad. Pero para el sector campesino familiar pequeño, este servicio debe ser un servicio subsidiado por el Estado. En este caso, no veo tantos intereses en contra, sino más bien una falta completa de interés para avanzar y apoyar a la agricultura familiar campesina. A tal extremo se han glorificado los sistemas tradicionales como la forma natural de vivir, que hoy en día nadie quiere hacer nada al respecto. Por eso, la juventud se va del campo a la ciudad porque ser campesino ya no tiene ningún atractivo. Al contrario, hay que observar las tradiciones de cultivo, pero adaptar las prácticas al conocimiento actual y mejorar la vida del campesinado empobrecido.

6. Se podría caracterizar al predominante modelo agrícola boliviano, como un modelo que intensifica el uso de maquinaria agrícola inadecuada, estrechamente ligada al uso intensivo de agroquímicos, de OGM, al uso inadecuado del suelo y a la apertura de la frontera agrícola mediante los incendios. ¿Qué recomendarías al respecto?

Este modelo solo es verdad para el sector agroindustrial del oriente, que no usa la AC y que básicamente explota la naturaleza. Las políticas del gobierno, apuntando a la producción de soya y la exportación de carne, sin interés en la productividad de los sectores y solo viendo las divisas que crean sin consideración de los costos al país, no controlando para nada el uso de agroquímicos y teniendo una política ambigua en temas ambientales y de la protección de la madre tierra, lo ha llevado al extremo, como demuestran los incendios de la Chiquitanía.

Para el resto del país, no veo realmente un modelo apuntando al uso de maquinaria agrícola, aunque lo que se usa es casi todo inadecuado- desde el tipo de actividades (labranza)- hasta el tamaño de los tractores y la forma de uso con tractores operados por municipalidades como servicios. El uso intensivo de agroquímicos es una consecuencia de la falta de profesionalidad de un lado y la presencia fuerte (y prácticamente inevitable) de la industria química que tiene el objetivo de vender. Por los desconocimientos generales, se hacen las cosas no sostenibles (labranza, monocultivos), que trae como consecuencia plagas, enfermedades y malezas. La respuesta a estos problemas está ofrecida por el sector agroquímico, entrando en un círculo vicioso de que con cada uso se destruye más los controles naturales y se necesita más químicos. Esto es igual entre los grandes agroindustriales del oriente y los pequeños campesinos familiares de las partes andinas. El uso de agroquímicos en este contexto no se controla ni con prohibiciones (la mayor parte de los químicos son ilegales y de contrabando), ni tampoco con los sistemas de producción orgánica, que en estos ambientes degradados resultan en producciones inferiores. Solo se controla con la introducción de sistemas agrícolas sostenibles como la AC, que crea la base para crear cultivos sanos en un ambiente biodiverso y sano. En este contexto la necesidad de usar agroquímicos se reduce. El gobierno debe acompañar este proceso con controles efectivos del sector, tanto de los productos, su uso, la capacidad de los vendedores y usuarios, como la calidad, seguridad y condiciones de servicio de los equipos usados. Con esto se puede excluir daños ambientales y a la salud humana. Con el avance de la AC se reduce el uso a largo plazo (ningún campesino gasta dinero por gusto) y se logra controlar el problema de agroquímicos. Obviamente el sector de la industria de agroquímicos tiene que colaborar y aceptar una reducción de mercado – que es lo más difícil.

 7. ¿Qué obstáculos ves de parte de los gobiernos, de las ONG e inclusive de la cooperación internacional para asimilar y apoyar este sistema de AC? ¿Qué apoyos, estrategias y prácticas son necesarias?

Hasta ahora tenemos muy poco apoyo grande para la promoción de la AC. A pesar de crecer en 10 millones de hectáreas por año, de ya ocupar 200 millones de hectáreas de cultivos anuales (correspondiendo al 15% de las tierras agrícolas “arables”) la AC está todavía desconocida y no promovida. Los primeros cambios se ven ahora en los EE.UU. donde, con la aparición del término de la agricultura regenerativa, grandes compañías de la industria alimentaria comienzan a promover productos de la AC como más sostenibles. También aparecen ahora publicaciones científicas, que no solo demuestran las grandes ventajas ambientales y en términos de sostenibilidad de la AC, sino también en los valores nutritivos y la calidad de los productos de esta agricultura, que superan por mucho los productos de la agricultura orgánica y de la agricultura convencional basadas en labranza del suelo. El secreto para esto, obviamente, es la mejor “salud de suelo”, que solo se logra sin labranza.

Pero en Bolivia, como también aquí en Alemania, donde me encuentro ahora, nadie conoce la AC, nadie quiere hablar sobra la misma, y nadie está interesado en ella. Las ONG, la cooperación internacional y los gobiernos apuntan a lo conocido, a la agricultura orgánica, que ahora es un mercado establecido con grupos de intereses económicos muy claros. Como no usan agroquímicos - que comúnmente se consideran como el mal más grande del mundo - se juntan los ambientalistas a esta promoción. Por eso, todo tipo de discusión sobre una agricultura sostenible está dirigida solo a la agricultura orgánica o “agroecológica”. Sin embargo, nadie la considera como solución generalizada, porque el mercado no da, ni los niveles de producción. Hasta en Alemania se apunta a un 25% de este tipo de agricultura – el otro 75% sigue contaminando el mundo. De esa manera, se tiene el apoyo de los grupos de interés de la agricultura orgánica- que tiene un mercado creciente y asegurado - mientras también se satisface a los intereses de las industrias agroquímicas para mantener un mercado importante y básicamente descontrolado.

Es realmente necesario un cambio generalizado de políticas, tanto de gobiernos, como de organizaciones, incluyendo la FAO. Y para comenzar, hay que reconocer que el enemigo más grande de la sostenibilidad, de la biodiversidad, de la salud del suelo y la función de ecosistemas, de la lucha contra el cambio climático, no son los agroquímicos, sino la labranza mecánica del suelo. Los agroquímicos son consecuencia de la destrucción de ecosistemas por la labranza, tal como la erosión de suelos no es la causa de la degradación de los mismos, sino la última consecuencia.

8. ¿Los programas de dotación de maquinaria agrícola implementados por el gobierno, así como la posesión de maquinaria de parte del sector privado, es adecuada a la realidad del agro boliviano?

En Bolivia no he visto programas de mecanización agrícola adecuada. En el pasado, como resultado de programas de desarrollo, muchos países compraron maquinaria agrícola, en muchos casos tractores y arados para comenzar, y los distribuyeron al agro como regalos, en muchos casos operados por centros de mecanización gubernamentales. Los resultados fueron grandes cementerios de maquinaria agrícola, que rápidamente destruyeron el prestigio del sector profesional de la ingeniería agrícola, sin que los profesionales del sector fueron los culpables. Los conceptos que la FAO ha promovido desde esos tiempos, y sigue promoviendo hoy en sus programas de Mecanización Agrícola Sostenible, plantean que el sector debe ser controlado por la demanda y no por la oferta. Se puede ver esto en países con una mecanización avanzada y apropiada, como la India, Bangladesh, China y muchos otros que han creado sectores de producción local de maquinaria agrícola en contacto directo con el agro, una infraestructura de ventas y servicios extendida a las zonas rurales, y apoyo científico gubernamental para ayudar al sector privado en desarrollar nuevas tecnologías. Así también se desarrollaron las técnicas para la AC en Brasil y Paraguay, tanto para grandes como para pequeños agricultores, en una colaboración estrecha entre los campesinos, fabricantes y vendedores de maquinaria agrícola e instituciones gubernamentales en el sector de investigación, capacitación y entrenamiento. Es por ahí, que Bolivia debería comenzar.

9. ¿Cómo ves el uso de transgénicos en Bolivia?

La utilización de transgénicos en un país como Bolivia pone en riesgo su biodiversidad y la obtención de productos naturales de sus bosques. El uso de la biotecnología es necesario, pero no los transgénicos actualmente promovidos de forma comercial, ya que dañan la tierra.

La ingeniería genética es un instrumento tecnológico útil que se puede usar para el bien de la humanidad. Sin embargo, existen tipos de transgénicos que no funcionan para la humanidad ni el medio ambiente. Se promueve a los agricultores por la supuesta facilidad de simplificar la producción, como en el caso de los transgénicos resistentes a herbicidas, pero a un costo alto en términos de sostenibilidad de la producción. En muchos casos estas variedades tampoco producen rendimientos o calidades mejores, pero con el tiempo los costos de producción se aumentan por el circulo vicioso de insostenibilidad. En fin, este tipo de transgénicos sólo sirve a los intereses de industrias particulares y eso, infelizmente, es el tipo de transgénicos que se están utilizando en Bolivia. El uso de transgénicos en una agricultura sostenible requiere controles muy estrictos y agricultores altamente profesionales y responsables para usar estos cultivos solo en condiciones particulares y no de uso común. Pero, aparte de esto, la introducción de este tipo de material genético en Bolivia por ser la cuna de una gran parte de biodiversidad natural del mundo, lleva un riesgo muy alto para la humanidad y por esto debería ser restringido en el caso de Bolivia.

Las respuestas anteriores orientan claramente a los tomadores de decisión gubernamental sobre algunos planteamientos[1] que debe contener una Política Pública para una agricultura sostenible, a la cual hay que añadir aspectos relativos a la dotación/valoración de agua para riego familiar, rescate y fortalecimiento de los sistemas agroforestales (Amazonía, Chaco, Chiquitanía), replanteamiento de los precios sombra; incentivos a los agricultores por el carbono del suelo acumulado[2]; el rescate del mercado interno de alimentos (compras estatales y comercialización corta); Ley para el rescate y fomento de las semillas tradicionales; apoyo a la diversificación agrícola entre otros aspectos fundamentales y necesarios para el desarrollo sostenible de la agricultura boliviana.

 

[1] Actividades de labranza cero; tecnificación/mecanización; capacitación técnica/extensión agrícola; regulación en el uso de agroquímicos, la ganadería y la AC, entre los principales.

[2] Que fomente el uso de herbicidas biológicos, cultivos de cobertura de leguminosas en rotación, cultivos mixtos para el control de malezas; manejo integrado de plagas; fomento de aboneras para restaurar tierras degradadas.