Opinion

I HAVE A DREAM
A vuela pluma
José Ros
Viernes, 19 Abril, 2013 - 16:21

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En estos días, a raíz de las elecciones en Venezuela, me ha venido a la mente el recuerdo de aquellas hermosas palabras pronunciadas, en 1963, por Martin Luther King, el gran luchador por la dignidad de los pueblos y en contra del apartheid…

“¡Hoy, tengo un sueño!”, exclamaba ante más de doscientas mil personas, Luther Kingo. Un sueño por la grandeza de nuestros pueblos. Un sueño por aquel otro sueño bolivariano de una América Unida… Y hoy, mi sueño se une al de otras naciones latinoamericanas que lentamente  -a pesar de las dificultades que ponen poderosos del norte de y de Europa-   tratan de avanzar hacia una sociedad algo más justa, algo más igualitaria.

Sueño con una América que, partiendo desde la valerosa Cuba   -resistir más de 40 años el embargo dictado por Estados significa mucho valor en su pueblo y en sus dirigentes-   desciende por Nicaragua  -a pesar de las contradicciones internas de aquel glorioso FSLN, de la década de los 80-   y se hace presencia en Venezuela, para extenderse hacia Ecuador y Bolivia.

Sueño con una América en la que Paraguay   -donde se llevará a cabo las elecciones este próximo fin de semana con el recuerdo del presidente Lugo presente en muchos de nosotros-   se reincorpore al conjunto de países que desean fortalecerse entre ellos y una América en donde Chile recuperará con Bachelet su mirada más social hacia nuestros pueblos.

Sueño con una América en la cual los gigantes Brasil y Argentina se incorporen con su liderazgo y potencialidad al conjunto bolivariano.

“I have a dream”, declaró el gran Luther King, premio Nóbel de la paz cuatro años antes de ser asesinado, en 1968. Y con él habrá que repetir: “Hoy, tengo un sueño”… Y tendremos que seguir trabajando para que ese sueño se extienda a toda América Latina, desde México  -tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios-  hasta la más remota isla del Pacífico y que nuestro mapa se revista de transformación y unidad. Trabajaremos solidariamente, sin violencias, pero sin cesar para que ese sueño pueda hacerse realidad…