Textura violeta

BOLIVIANOS EN EL “GUANTÁNAMO ESPAÑOL”

Drina Ergueta

No fue informado o simplemente, por alguna razón, no sabía. El vicepresidente Álvaro García Linera aseguró, la noche del viernes 17 de abril en Barcelona, Cataluña, que no estaba al tanto de que hubiera personas bolivianas encerradas en lo que, por muchas organizaciones de defensa de derechos humanos, es considerado el “Guantánamo español”. Aquí algunos datos.

El Vicepresidente estaba recibiendo un baño de afecto y atención en un acto donde se presentó la última edición de su libro “Forma valor y forma comunidad”, cuando, en el turno de preguntas, un boliviano tomó el micrófono para solicitarle que socorriera a compatriotas detenidos en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIEs). García Linera dijo que no sabía que eso estaba ocurriendo y prometió tomar cartas en el asunto.

Tanto el pedido como la respuesta fueron notablemente aplaudidos por la numerosa audiencia que llenó el aforo del amplia Aula Magna de la Universidad de Barcelona (tanta gente había que la universidad tuvo que habilitar un aula contigua para acoger al resto que ya no cabía). Los presentes en el acto de, aproximadamente, un 20% de personas bolivianas y 80% catalanes, españoles, y seguramente de izquierda, conocen perfectamente lo que es y lo que pasa en los CIEs.

Generalmente luego de redadas consideradas racistas, personas extranjeras son llevadas a los CIEs para permanecer privadas de libertad, a veces por meses, por el simple hecho de no tener documentación en regla. No son delincuentes y no cometieron ningún delito y es por eso que formalmente no se utiliza las palabras “detenido” o “preso”, pero encerrados e impedidos de salir sí que están hasta su deportación. En continuas oportunidades se denunció que el trato allí es denigrante y que las condiciones de la estancia son inclusive peores que en las cárceles, registrándose algunas muertes cuyas causas no quedaron suficientemente claras y en años anteriores se investigaron abusos sexuales a mujeres de parte del personal de custodia.

Por la movilidad y el hermetismo con que se maneja esta información, son opacas las cifras de las personas en esta situación, pero el último informe del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura del Defensor del Pueblo de España donde se dan datos, en 2013, señala que de un total de 9.002 retenidos en los CIEs de Algeciras, Barcelona, Las Palmas, Madrid, Murcia, Tenerife y Valencia, habían 179 personas bolivianas, 161 hombres y 18 mujeres.

Ver: https://www.defensordelpueblo.es/es/Mnp/InformesAnuales/InformeAnual_MNP_2013.pdf

Las denuncias sobre redadas racistas indican que personas extranjeras son detenidas en la calle sólo porque su aspecto físico, como el color de piel, les delata: africanos y sudamericanos.

El diputado de izquierda, Ricardo Sixto, de EUPV-ELs Verds, en agosto de 2014 hizo una “batería de preguntas” al gobierno español sobre “las denuncias de agresiones” en el CIE de Zapadores, Valencia, y dijo además que es “la enésima denuncia de agresiones”, por lo que pidió explicaciones y que se depuraran responsabilidades.

Ver: http://www.europapress.es/epsocial/inmigracion-00329/noticia-eu-pregunta-gobierno-denuncias-maltratos-cie-zapadores-valencia-20140825165345.html

En noviembre del 2014 se informó que el CIE de Zapadores estaba siendo temporalmente cerrado para obras de mejora en sus instalaciones. Desde el activismo se denunció que fue debido a una “plaga de chinches que afecta al centro desde este verano y que hacía insufrible la estancia a los internos”.

Ver: http://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/2014/11/03/545798eee2704ecb478b458b.html

En diciembre de 2014 la eurodiputada de Esquerra Unida de Valencia, Marina Albiol, afirmó que la Comisión Europea se lava las manos ante las denuncias presentadas sobre lo que ocurre en los centros de internamiento, ya que considera que se trata de “competencia de las autoridades y de los órganos jurisdiccionales nacionales pertinentes”.

Entonces Albiol afirmó que “la falta de control de estos centros provoca graves violaciones de los derechos humanos” y “convierte estos siniestros recintos en auténticas prisiones”.

Ver: http://www.eldiario.es/cv/UE-lava-manos-denuncias-CIEs_0_336317380.html

En una conferencia de prensa realizada en junio de 2014 por activistas de CIES No, en su Campaña por el cierre de estos centros, explicaron que el boliviano Gari Valdivia, luego de ser residente en Valencia durante varios años, fue internado en el CIE de Zapadores y que “fue deportado el pasado mes de abril tras liderar una intensa huelga de hambre en protesta por la deportación de varios compañeros a Mali – país en conflicto bélico – , así como por las lamentables condiciones del centro y la privación de libertad en la que se encontraban las personas internas”.

Ver: http://radiomalva.org/2014/06/12/campana-por-el-cierre-de-los-cie-rueda-de-prensa-en-la-puerta-del-cie-de-zapadoresvalencia/

Lo que ocurre en los CIES no es de ahora ni de hace pocos años. Una muestra es que el activismo de CIES No, en el que participan 30 organizaciones, conmemoró este marzo cinco años de lucha contra la existencia de estos centros, donde, señalan, “se vulneran los derechos fundamentales de los inmigrantes” ya que el encierro en los CIEs es una “medida totalmente desproporcionada que implica privación de libertad por una falta administrativa”, a lo que se añaden “las redadas racistas y las deportaciones”.

Ver: https://ciesno.wordpress.com/

La población boliviana que llegó al Estado español masivamente entre los años 2006 y 2008 en su mayoría ya consiguieron la documentación en regla para permanecer en España; sin embargo, debido a la crisis económica y al alto desempleo (25%) muchas personas no pudieron renovar sus permisos, por lo que vuelven a caer en los CIEs y corren el riesgo de sufrir deportaciones.

La mayoría de connacionales que asistieron a ver y escuchar a su Vicepresidente, este viernes en Barcelona, dieron muestras de afecto a la autoridad, alguno lo hizo de manera tan emocionada que logró transmitir esa emoción a García Linera, a quien se le aguaron los ojos. También firmó dedicaciones que en los libros que los asistentes compraron y se hizo fotografías y selfies. Ahora ya sabe la razón por la que, posiblemente, hubo algunos otros bolivianos que no pudieron ir a verle.

Personas extranjeras internas en CIEs en 2013
(Fuente: Defensor del Pueblo)
CIE de  Total  Hombres Mujeres
 Algeciras  2.484  2.324  160
 Barcelona  1.584  1.584  0
 Las palmas  212  198  14
 Madrid  2.694  2.456  238
 Murcia  1.013  1.013  0
 Tenerife  99  88  11
 Valencia  916  810  106
 Total  9.002 8.473  529
Bolivianos/as internas en CIEs en 2013
(Fuente: Defensor del Pueblo)
CIE de Total Hombres Mujeres
 Algeciras 22 16 6
Barcelona 35 35 0
Las palmas 0 0 0
Madrid 70 65 5
Murcia 15 15 0
Tenerife 1 1 0
Valencia 36 29 7
TOTAL 179 161 18
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MATAR Y MORIR POR AMOR NO ES ROMÁNTICO

Drina Ergueta

Esta semana dictaron 30 años de prisión para un hombre que mató a golpes a su pareja y hay, al menos, otro detenido a la espera de sentencia por el asesinato de su novia, éste utilizó un cuchillo. Ellas muertas y ellos presos ¿es un buen final para esas historias de amor?

Hablo sólo de historias de pareja que acaban en tragedia, generalmente ella muerta y a veces él suicidado, otras preso y muchas sin castigo o fugado. No me refiero a las asesinadas en otras circunstancias, también feminicidios, como puede ser el rapto, uso y desecho de una mujer por parte de pandillas, mafias o en situaciones de conflicto, entre muchas variantes en que mueren las mujeres sólo por ser mujeres.

Este trimestre en Bolivia hubo 24 casos de mujeres asesinadas, en la mayoría su actual o ex pareja es el “presunto” asesino. Generalmente las noticias señalan que él lo hizo por celos y de esa manera los medios justifican ese delito. Las cifras de feminicidios aparecen en todas partes del mundo, en España en la última semana hubo seis casos y algunos con suicidio o intento de suicidio de parte del asesino.

“Matar y luego suicidarse es un acto extremo de amor”, escuché decir esta semana al principal protagonista de una serie de televisión de moda, de esas de asesinos en serie y expertos en analizar las mentes que van a detener a los malos. El protagonista se refería al contexto de un amor romántico idealizado por un enfermo mental que mataba gente. El riesgo está en que esa frase puede quedarse grabada en la multitudinaria audiencia, que su interpretación sea literal y que se asuma como verdadera, ya que no hay una explicación clara de ella posteriormente.

Se llama romántico no por el hecho de amar, que está bien, sino porque forma parte de una tendencia cultural llamada romanticismo, cuyos elementos principales son el amor y la muerte. Esta tendencia se plasmó principalmente en la literatura y la poesía, donde el fin último es el amor, donde quien ama sufre por alguien inalcanzable y ese amor doliente es idealizado, así como también la muerte. Eso se lee bonito en la poesía, pero en la vida hace daño.  

“Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida”, le dice Tránsito Ariza a su enamoradísimo hijo Florentino en el “El amor en los tiempos del cólera” de Gabriel García Márquez. Este autor tan querido no forma parte del romanticismo, ni por época ni por tendencia, pero en sus escritos y esta frase en concreto tiene esa connotación. Y es que frases como esta nos calan profundamente, las disfrutamos, nos las creemos y, sin embargo, nos dañan porque nos enseñan una manera en que se debe amar que no es la ideal, porque no es sana.

A este ideal de amor, se suma otro elemento y es que desde todos los flancos llegan mensajes que se transforman en enseñanzas en sentido de que el hombre es el que manda, que es mejor, que debe ser obedecido y que puede y debe castigar. Esta enseñanza nos llega principalmente desde la religión y desde gran parte de las iglesias.

“Estarás bajo el poder de tu marido y él te dominará” (Génesis, capítulo III); “más vale un hombre vicioso que una mujer virtuosa” (Eclesiastés); “los hombres son superiores que las mujeres por las cualidades con las que Dios les ha creado… reprenderéis a aquellas de las que temáis desobediencia… les pegaréis…” (Corán, capítulo IV. 38), ejemplos recopilados por la escritora y pensadora Flora Tristán.

Todos estos textos han sido escritos por hombres, santificados por hombres, distribuidos y predicados por hombres. Los hombres, claro está, se lo creen y las mujeres también. Bolivia es un país con una población muy religiosa (78% católicos y 19% protestantes), entonces este tipo de mensajes han sido escuchados, integrados en los valores y no siempre son rechazados.

Los mensajes machistas también llegan a través de innumerables vías, como las canciones, un ejemplo es el tema “Ingrata” de Café Tacuba que al terminar dice: “Ingrata, aunque quieras tú dejarme… por eso ahora tendré que obsequiarte un par de balazos pa’ que te duela…”. Tal vez este grupo sólo quería reflejar una realidad existente en México; sin embargo, al no explicitar una crítica a esa realidad en su tema, lo que hace es banalizar algo terrible y además normalizarlo.

El contenido de violencia machista en telenovelas y películas es también impresionante y van sembrando valores y representaciones mentales en la audiencia y en las sociedades.

Gracias a la lucha y trabajo de las mujeres hay conceptos que han cambiado y que se transforman en derechos y en leyes que protegen y sancionan. Pero estas leyes llegaron antes que un cambio de mentalidad social y es necesario trabajar en ello, en hacer frente a todos esos mensajes y “verdades” machistas dañinas.

El amor no puede ser sufrimiento, sino lo contrario, y debe ser un compartir. Así como la relación hombre-mujer debe ser en igualdad de condiciones, de derechos, responsabilidades y oportunidades. La muerte no puede ser una opción para un final del amor.

El hombre posiblemente amante dolido y doliente, seguramente creído de que debe ser obedecido y de que su honor no puede ser mancillado, de que debe ser vengado, acostumbrado a controlar y castigar y seguro de que puede hacerlo porque no tendrá sanción social (muchos de los feminicidas están convencidos de que no hacían nada malo) acaba preso, suicidado o fugado. Por supuesto que no es un buen final.   

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LAS VÍCTIMAS DE LA TRATA Y LA INDIFERENCIA SOCIAL

Drina Ergueta

En Bolivia hay gente secuestrada, hay mujeres jóvenes esclavizadas sexualmente. La sociedad mira para otro lado, se ocupa de otros asuntos, algunos, desde mi punto de vista, de dudosa importancia.

De las víctimas de trata sólo se acuerdan sus familiares y seres queridos que deambulan, seguramente entre la desesperación y el cansancio, de un escritorio a otro preguntando y distribuyendo el dinero que puedan conseguir para ver si así hay respuestas, generalmente sin éxito.

En Bolivia se han logrado grandes reformas y muchas veces éstas han costado sangre. En la historia están registradas revoluciones y revueltas contra discriminaciones y órdenes injustos, de las que no siempre hubo resultados positivos para los levantados, pero se dio batalla. También está la “revolución democrática y pacífica”, como agrada llamar a quien la apoya, que ha dado paso al actual proceso de cambio.

Es así que cuando aquí, donde ahora me encuentro, en Europa, veo situaciones de injusticia o demanda social constantemente irresueltas, pienso y suelo decir: “esto en Bolivia ya lo habrían solucionado con movilizaciones”. Son cosas de la añoranza y amores patrios que seguramente me asaltan.

Actualmente en Bolivia a menudo desaparecen adolescentes, la mayoría mujeres pero también hay hombres, y poco o nada se hace. La Policía conocida y reconocida por las mismas autoridades por ineficiente y presuntamente plagada de redes de corrupción y con recursos mínimos no logra prácticamente ningún resultado.

Son los padres y madres, familiares próximos, quienes hacen gran parte del trabajo de investigación, quienes siguen las huellas, van y vienen sin lograr respuestas, ni pistas ni encuentros. Esta búsqueda a veces dura años, otras toda la vida.

Pocos casos salen a la luz pública, generalmente gracias a que han logrado llamar la atención de los medios, ya sea porque se trata de personas con cierto prestigio, es el caso de la desaparición de Zarlet Clavijo, o porque en la búsqueda pasa algo extraordinario: es el caso de Víctor Quispe que hace un año recorría los prostíbulos de tres ciudades en busca de su hija Alejandra, de 12 años; o el último caso, en el que una madre afirma haber rescatado a su hija sola y sin ayuda porque el policía a cargo estaba en sus días libres.

Durante la búsqueda el apoyo es mínimo, todo depende de cuándo dinero haya “para los pasajes”, “para su salteña” y otros gastos acelerantes del proceso; los medios de comunicación publican algo sólo si consideran que hay relevancia noticiosa, y no siempre la encuentran en un caso aislado; las redes sociales son espacios activos, pero, como todas la redes, son círculos de mayor o menor influencia, y el acceso a internet en Bolivia no llega al 50% y está concentrado en las clases sociales más favorecidas.

Cuando se rescata a una víctima y si el hecho pone en compromiso a la función policial, cuando devela redes de trata con fines de explotación sexual y lugares donde ocurren, cuando ese negocio ilegal corre riesgo, es previsible que surjan respuestas que van contra quien denuncia. A las víctimas muchas veces se les roba también el honor de su palabra, su credibilidad.

La denuncia de la adolescente que habría sido prostituida en Rurrenabaque ha sido puesta en duda, tanto como su rapto y su esclavitud sexual. Se duda de su historia, de que fuera llevada con otras seis chicas, que mataran a una degollándola, que las prostituyeran hasta seis veces por noche, que los prostituyentes fueran personas mayores, que algunas escaparan antes de que se las llevaran para Argentina y que ella sea la única que lograra contactarse con su familia. No sé si estoy anticuada, pero me parece que es mucha información para ser inventada por una chica de 14 años.

Las víctimas y sus seres queridos son, al parecer, gente ajena al resto de una sociedad que mira a otro lado atenta a otras cuestiones, generalmente festivas y ahora electorales.

Esa añoranza patria de protestas por justicias sociales se topa de bruces con una sociedad que actualmente se moviliza por razones desconcertantes, como la marcha contra el cambio de horario del programa televisivo Los Simpson; por razones cuestionables, como la campaña on line que cerró la cuenta del facebook a un músico crítico con la representación boliviana en un concurso; por razones inaceptables que terminan en delito, como la lapidación de un dirigente que denunció actos de corrupción.

Además de las esclavas sexuales y sus familias, cada día hay noticias de violencia contra la mujer, contra niñas y niños, feminicidios, infanticidios y violaciones, además de otras barbaridades. En su mayoría, se trata de casos en los que las víctimas son mujeres y son olvidadas. Todas son personas solas y anónimas, sin respaldo social organizado y mínimo apoyo institucional y mediático. Necesitan ayuda y les estamos fallando, falla la sociedad y quienes la dirigen.

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JUDE LAW, ESPEJITOS Y CUENTAS DE COLORES

Drina Ergueta

“No entiendo qué pasa que cuando vemos a un gringo se nos caen las bragas”, lo decía una monja hace muchos años y parece ser que, con descolonización a cuestas ya desde hace un buen trecho, hay cosas que las llevamos tan incorporadas que no cambian o reaparecen, por muy buena intención que se tenga.

Los carnavales ya terminan, queda el Domingo de Tentación y el Corso de Corsos como aleteos finales de baile y tradición. Acaba esa exaltación de lo nuestro donde el invitado especial en este año fue el actor Jude Law, quien traído por una empresa privada, la Cervecería Boliviana Nacional, fue recibido casi como Dignatario de Estado.

Por un lado, ¿eran necesarias tantas atenciones?, es decir ¿no habría que darlas en la justa medida?, y, por otra parte, quién es el “dueño” de este tipo de fiestas y tradiciones. Es el pueblo, que le asigna su representación al Estado a través de sus administradores, o son las empresas auspiciadoras.

De acuerdo a la Cámara Boliviana de Fabricantes de Cerveza, las ventas de esta bebida en carnaval representan hasta el 25% anual para las empresas productoras. Siendo la CBN la más importante, sus ventas son las más altas y su presencia publicitaria en la fiesta está por doquier.  Su representante en Marketing informó que invertirían dos millones de dólares en estas fiestas, cifra enorme para Bolivia.

Se anunció que Law llegaba para “realzar” el Carnaval boliviano. No se dijo, pero se entiende que ha sido contratado para ello, se supone a cambio de un pago. Evo Morales le puso el poncho de rigor, participó en una ch’alla, estuvo sólo hora y media en la Entrada del Carnaval de Oruro, sentado en medio del Presidente y del Vicepresidente del Estado Plurinacional, y luego pasó a terminar el día en el Carnaval de Santa Cruz. Todo con cobertura mediática máxima y fotografías y muestras de afecto totales sólo por haber venido.

Hace unas semanas, la CBN envió a los medios material informativo en el que explica las actividades que realiza dentro de la campaña de promoción del Carnaval boliviano, entre ellas está una visita a Lima, donde “Paceña, a través de la reina (del Carnaval cruceño) nombró al diplomático (Embajador boliviano en el Perú) como promotor oficial del Carnaval boliviano en el Perú”. A ver, como empresa podrá nombrarlo promotor de su cerveza (que le valdría el despido al diplomático), pero no del Carnaval, porque la empresa no es quién para hacerlo y porque el Embajador ya tiene entre sus obligaciones el difundir y promover la cultura nacional.

Se entiende que la CBN hace todo lo que le da beneficios y  se mueve en un amplio espacio que es permitido. Sólo aparece públicamente en situaciones de alegría, de festejo, diversión, de tradición cultural festiva y también resalta su presencia en eventos relacionados con los concursos de belleza.

Entonces modelos y mises pueblan sus anuncios, reafirmando de paso los estereotipos machistas de mujer ideal fotoshopeada y alejada de la realidad; sin embargo, la bailarina de cuerpo más rellenito, con más años, con pollera más larga, que vibra cuando baila y sonríe haciendo brillar su diente de oro, también es hermosa señores.

En la realidad, en estas fiestas, cada año hay accidentes de tránsito y muertes por excesos en el consumo de bebidas alcohólicas. Cada año hay agresiones a mujeres, ya sean sexuales o de violencia machista y los agresores suelen argumentar en su defensa que estaban borrachos. En estos casos no aparece la marca y la marca tampoco invierte en campañas para evitarlos. Es que no es conveniente que se asocie una cosa con la otra.

Law vive o se enriquece con su imagen, el sistema se lo permite. La CBN, que es la principal industria nacional y una de las que más impuestos paga porque también gana, se mueve como mejor cree que le conviene a su negocio e imagen.

¿Qué hace el Embajador boliviano en el Perú prestándose a campañas publicitarias? ¿Qué hacen las autoridades condecorando y dando gracias por haber venido a un actor de cine más o menos conocido? ¿Hacen su función?
Cuando hay excesos en atribuciones respecto a una fiesta popular; cuando una empresa, por ejemplo, debería invertir también en campañas de interés público y de responsabilidad social, como es la lucha contra el machismo o los accidentes de tránsito, porque su producto socialmente está relacionado a estos según una opinión ampliamente extendida; cuando se debe colocar en un sitio correcto a un personaje público para velar por la imagen coherente del país descolonizado, es el Estado el que debe hacerse cargo y no sumarse a la fiesta sin más ni dejarse obnubilar por cuentas de colores y espejitos.

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EL HASTÍO DE LO REPUGNANTE

Drina Ergueta

Hay gente que da asco. No es posible definirlo de otra manera, es gente que genera un desprecio tal, que provoca tanta náusea y tanto enojo por sus acciones primarias, crueles e insensibles. Crean situaciones repugnantes y dolorosas y que, pese a ello, suman y siguen sucediendo y son tantas que hastían. Entonces parece que quieren vencer por cansancio.

Sí, estoy hablando de Gabriel Parada Castro, concejal de Cobija, de sus secuaces de parranda y de delito filmado y wasapeo. Qué asco dan y seguro que millones de mujeres y hombres también los ven así, repugnantes; sin embargo, parece que no a todos les provoca igual repulsión ellos y lo que hacen ¿Por qué?

Es gente ignorante, sin estudios, por eso hacen lo que hacen, dirán algunos. Casualmente, hace poco se publicó un estudio, de esos que elaboran los gringos, donde 86 universitarios estadounidenses respondieron y revelaron que un tercio de ellos obligaría a una mujer a tener relaciones sexuales en una “situación que no trajera consecuencias”, situación que no reconocen como violación.

Parada Castro, un dirigente mototaxista hecho Concejal Municipal por el partido de gobierno, en realidad no se diferencia mucho de otros que nacieron en mejor posición social y que tienen las mismas reacciones y acciones frente a una mujer indefensa, salvo que puede que cuiden más de no hacerlo público.

Se ha informado que al menos otros 178 hombres cometieron violaciones y abusos sexuales este año en Bolivia. Al menos otros 400 cometieron delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes el año pasado. Además están los que asesinaron a 54 mujeres en 2014 y los otros que este año también cegaron vidas femeninas, siendo la última víctima la candidata a concejala Toribia Cruz que habría muerto a manos de su pareja. 

En general, en las legislaciones del mundo occidental, la violación es sancionada y se considera tal si el acto sexual se produce a la fuerza, estando la mujer inconsciente o si está amenazada de alguna manera. Es diversa la consideración estricta de cuándo es violación y cuándo es agresión sexual o abuso deshonesto, entre otras variantes donde también interviene la edad de la víctima. Para una mujer que lo sufre, seguramente está muy claro.

Al ser delito, las violaciones se hacen a escondidas. Las violaciones se hacen públicas cuando se trata de castigo a otros, a “los dueños” de los cuerpos de esas mujeres, es el caso de las guerras donde no se busca sólo violar y saciarse, sino principalmente humillar y mancillar al enemigo en los cuerpos de sus mujeres, madres, hijas y hermanas. Mujeres botines de guerra.

El machismo coloca a la mujer como una propiedad, como una mercancía de cambio, como un bien a cuidar, como un terreno a arrebatar y como un lugar a ensuciar con la finalidad de dañar al propietario. Muchas veces el varón ofendido vela más por su honor que por el estado de salud física y psicológica de la víctima.

Ocurren violaciones “aleccionadoras” que se dan a conocer porque los perpetradores consideran que son ejemplo para un entorno determinado, como puede ocurrir a mujeres que no se quedan “en el sitio que les corresponde” o a personas lesbianas o gays.

Una mujer soltera o sola tiene ese riesgo. La calle es un peligro. La noche está prohibida. Ella es considerada, además, una invitación para un violador. Una mujer casada no entra en la categoría de víctima si el perpetrador es el marido.

La violación tiene tantos años como la historia y generalmente quien la comete asegura tener una justificación: se castiga al enemigo, se enseña a la mujer no se porta bien, la niña quería iniciarse, se le hace un favor a la lesbiana, la soltera se lo ha buscado por coqueta, el marido ejerció su derecho…

La sociedad machista naturaliza la violación y muchos violadores o violadores en potencia, como los universitarios del estudio, se lo creen, tanto que cuando los detienen y los acusan es posible que piensen que no hicieron nada malo, como es aprovecharse de una mujer borracha o drogada.

Quien muestra o hace gala de una violación es que la considera un trofeo, una hazaña que, además, refuerza su situación de poder, su hombría. Es alguien que se siente poderoso, fuera de la ley, y entonces quiere que se sepa. Lo publica por watsap.

Gabriel Parada Castro, junto a sus compañeros, se creyó poderoso y ahora está detenido.

Da asco lo que hizo, con el agravante de la indefensión de la víctima que quedará herida para siempre, y da más repulsión porque es representante de un gremio de trabajadores, porque es un servidor público, se debe a quienes le han votado, y representa al partido político poderoso del gobierno. A todos ellos ha ensuciado y todos ahora deben ver cómo hacer para limpiarse.

El padre Lluís Espinal i Camps, que esta semana habría cumplido años, escribió algo que se puede aplicar frente al hastío de lo asqueroso: “Tenemos el vicio de acostumbrarnos a todo, ya no nos indignan las villas miseria, ni la esclavitud de los siringueros, ni los millones de muertos de hambre…  sobre todo, que no nos acostumbremos a ver las injusticias, sin que se nos encienda la ira y la actuación”.

@DrinaErgueta

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LA MAMÁ DEL PAPA

Drina Ergueta

Al generalmente bien valorado papa Francisco le han llovido críticas luego de unas controvertidas declaraciones en las que se puso sobre el tapete la libertad de expresión, el uso de la violencia y eso de “ofrecer la otra mejilla”; sin embargo, se pasó por alto a la madre del sumo pontífice que había sido utilizada de ejemplo.

“Si el doctor Gasbarri dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo ¡Es normal!”, dijo el papa Francisco refiriéndose a que la libertad de expresión tiene un límite, que se deben respetar las creencias religiosas ajenas y que “no se debe provocar” para no haya respuestas violentas; aunque también agrega que “matar al hombre en nombre de Dios es una aberración”.

Su audiencia quedó descolocada, intentando encajar la contradicción ¿Cómo puede considerarse normal responder con un puñetazo y a la vez condenar la violencia?, ¿y qué de la libertad de expresión, dónde está el límite y quién lo define? Debate acalorado y suculento.

Como si se tratara de una amable señora que de pronto aparece con una bandeja ofreciendo unos refrescos a quienes están en la discusión, que cogen un vaso, sonríen, agradecen y vuelven a centrarse en lo importante, la madre del Papa aparece en escena y se va sin que nadie lo note.

El ejemplo dado por el papa Francisco es visto como, y él mismo lo dice, normal. Defender la dignidad y el honor de la madre es lo correcto, nadie lo discute, no lo pone en duda, por eso este tema pasa por alto y no se va más allá en los análisis posteriores en los medios.

El Papa intentaba explicar con un ejemplo la importancia de las creencias religiosas para las personas, creencias sagradas que deben ser defendidas y puso de ejemplo una reacción “normal” de cierta violencia ante una afrenta hacia un concepto importante. El mejor ejemplo, el más claro y sencillo, que llega a todo el mundo es la madre y su defensa. Es que la madre es también sagrada.

¿Y cuál es la razón por la que una madre es sagrada? Incluida la madre del Papa. 

La representación social que se tiene de la madre tiene un valor sublime pero contradictorio y separado de la mujer y de la persona.  El Papa no podía haber utilizado como ejemplo a una mujer cualquiera, como persona, no podía haber dicho sólo “mujer” o sólo “persona” en lugar de madre porque no tendría impacto ni sentido, así como no podría haber utilizado de ejemplo la palabra “prostituta” porque es todo lo contrario de una madre. 

En el patriarcado a la mujer se la valora en tanto sea madre. En el imaginario social machista a la mujer soltera se la ha de conquistar, cazar, tener, someter y preñar; a la esposa se la puede castigar si no es obediente o se la puede inclusive golpear y matar por cualquier motivo o sin él; sin embargo, a la madre no se toca.

La madre es la que da vida, es la madre tierra, es la que protege y abraza, es la madre iglesia, la que dirige el hogar. La madre no es la mujer, la mujer es la que si no es madre resulta dudosa, puede volverse libertina, puta. Es que la mujer es la sensualidad, está sexualizada, es lo carnal y la que despierta la libido, lo contrario a la madre.  

La mujer está hecha para procrear, si no tiene hijos es incompleta, es constantemente cuestionada y empujada a la maternidad. Hay mujeres infértiles que son desgraciadas por influencia del entorno social. Hay quien para ser madre renuncia a ser mujer, en un sentido que va más allá del tiempo para sí o para realizarse profesionalmente, en un sentido de cómo se ve a sí misma.

El hombre en cambio está hecho para alimentar a la madre y a los hijos, para sostener y dirigir, es él el que manda y el que está en el espacio público. Es el defensor de lo sagrado, es quien agrede a la mujer y a la vez defiende y venera a la madre.

Mientras en el imaginario social del patriarcado la mujer se debate entre ser mujer o madre y no llega representar a las personas, el hombre representa a la mujer y a la humanidad en su conjunto.

El hombre puede ser Papa y defiende a su madre con un golpe de puño, de ser necesario lo haría con violencia y así genera contradicciones en su discurso anti violencia. Esa madre y cualquier otra no pueden ser Mama, ni pensarlo, eso, en la sociedad y al interior de la Iglesia Católica, está claro.

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BIG EYES DE TIM BURTON Y LA DISCRIMINACIÓN EN EL ARTE

Drina Ergueta

No he visto en la cartelera boliviana que esté anunciada la última película de Tim Burton titulada Big eyes. Es una pena que no lleguen todos los films a un mercado pequeño como el nuestro; sin embargo, la historia real que relata da pie a reflexionar sobre los innumerables casos similares que se han dado a lo largo de los tiempos y que como si nada se han pasado por alto: que una mujer haga y el hombre reciba el reconocimiento.

La película cuenta la vida de Margaret Doris Hawkins que se convierte en Margaret Keane, adoptando el apellido de su segundo marido Walter. Me hierve la sangre que una mujer pierda el apellido, su identidad, por el matrimonio, pero ese es otro asunto y me pierdo.

Vuelvo. Ella pintaba figuras de mujeres y niñas con unos ojos inmensos. Unas figuras infantiles e infantilizadas bastante kitsch, que solían ser tristes, y que ella creaba encerrada en casa mientras el marido no tenía el menor reparo en decir públicamente que él las hacía, y las firmaba como Walter Keane, para ganar con ello fama y fortuna.

No voy a valorar la película, para eso están las críticas de personas expertas, voy a hablar de la historia, una historia que se repite desde hace siglos y que trata de que las mujeres han estado relegadas al espacio doméstico privado, sometidas a la ignorancia impedidas de acceder o desarrollar cualquier capacidad artística, mientras que el espacio público, el conocimiento y el reconocimiento ha sido un reino de los hombres.

A veces parece que esto es cosa del pasado, que esta discriminación es de hace mucho tiempo, que ahora las mujeres tienen las mismas posibilidades de acceso a la educación, a la cultura y al reconocimiento; sin embargo, no es así. Se debe tomar en cuenta que son algo más de cien años, sólo cien años, que las mujeres pueden recibir educación superior en los países más desarrollados y esto repercute en toda su creación.

Ser artista, pintora, escritora, poeta o dramaturga, entre otras, provocaba incredulidad si no risa o azotes. Sólo por ser mujer esa actividad era deslegitimada, menospreciada o castigada.

Hay mujeres que ocultaron su nombre femenino detrás de otro masculino para poder escribir, como es el caso de Mery Anne Evans que publicaba como George Eliot, de Amandine Aurore Lucile Dupin que firmaba como George Sand, de Caterina Albert que escribía con el nombre de Víctor Catalá o Fernán Caballero que en realidad era Cecilia Böhl, entre otras.

Y entre las escritoras también hay maridos que se aprovecharon, como es el caso sufrido por la francesa Claudine Colette, cuyo marido, que no nombro para ignorarlo, firmó la serie de novelas “Claudine”.  Se sospecha también de un Premio Nobel de Literatura, pero no lo menciono porque no está probado.

En pintura es difícil encontrar firmas de mujeres famosas y hay razones para ello. En el Renacimiento las mujeres no eran instruidas y para pintar habían de saber sobre anatomía, física y aritmética.  Posteriormente, las pocas que pudieron hacerse del pincel se veían impedidas de ingresar a las academias y se les era prohibido utilizar modelos de cuerpos desnudos.

Algunas han logrado salir del anonimato, como Artemisa Gentilesch, Lavinia Fontana, Adélaïde Labille-Guiard, Elisabeth Vigée-Lebrun, Angélica Kauffmann, Rosa Bonheur, Berthe Morisot, Suzanne Valadon y Käthe Kollwitz, entre otras. Todas porque tenían alguien que les permitió acceder al conocimiento o porque tenían una posición social alta que les favoreció.

En el listado de mujeres artistas “rescatadas” por la cultura reconocida, como en muchos otros aspectos, no aparecen nombres de mujeres (generalmente también sólo hay pocos de hombres) de origen latinoamericano, africano o asiático.

Antes y hoy todavía, la valoración como arte está medido y calificado como tal principalmente por el mundo occidental anglosajón. Pese a los avances en derechos, en cultura la mujer sufre también la discriminación no sólo de género, sino también de clase, de etnia y de origen.

El reconocimiento ha sido y, pese a algunos cambios a favor de la mujer, sigue siendo atribuido al género masculino y generalmente del primer mundo. En ámbitos de la cultura, vale decir en artes como la literatura, la pintura, el cine, etc. aún hoy en países donde se supone que la mujer ha ganado y disfruta de mayores derechos se escuchan denuncias y reclamos de las dificultades y discriminaciones que viven las mujeres.

Hay obras sin firma y cuando se descubre quién la pintó su precio depende del sexo de la autoría, si es mujer se devalúa. Las feministas Guerrilla Girls en 1989 denunciaron que en el Metropolitan Museum había un 5% de obra femenina, pero un 85% de desnudos de mujeres.

Si hoy uno escribe “pintora” en Google, automáticamente la página te cambia a “pintor”.

Las figuras pintadas de grandes ojos tristes de Margaret Doris Hawkins, que estoy segura muchas personas las vimos en posters, libretas y tarjetas hace unas décadas, recibieron críticas negativas en su momento de parte de los expertos en arte; sin embargo, esa obra se vendió y popularizó de manera relevante, firmada por un varón.

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Big eyes de Tim Burton y la discriminación en el arte

Drina Ergueta

No he visto en la cartelera boliviana que esté anunciada la última película de Tim Burton titulada Big eyes. Es una pena que no lleguen todos los films a un mercado pequeño como el nuestro; sin embargo, la historia real que relata da pie a reflexionar sobre los innumerables casos similares que se han dado a lo largo de los tiempos y que como si nada se han pasado por alto: que una mujer haga y el hombre reciba el reconocimiento.

La película cuenta la vida de Margaret Doris Hawkins que se convierte en Margaret Keane, adoptando el apellido de su segundo marido Walter. Me hierve la sangre que una mujer pierda el apellido, su identidad, por el matrimonio, pero ese es otro asunto y me pierdo.

Vuelvo. Ella pintaba figuras de mujeres y niñas con unos ojos inmensos. Unas figuras infantiles e infantilizadas bastante kitsch, que solían ser tristes, y que ella creaba encerrada en casa mientras el marido no tenía el menor reparo en decir públicamente que él las hacía, y las firmaba como Walter Keane, para ganar con ello fama y fortuna.

No voy a valorar la película, para eso están las críticas de personas expertas, voy a hablar de la historia, una historia que se repite desde hace siglos y que trata de que las mujeres han estado relegadas al espacio doméstico privado, sometidas a la ignorancia impedidas de acceder o desarrollar cualquier capacidad artística, mientras que el espacio público, el conocimiento y el reconocimiento ha sido un reino de los hombres.

A veces parece que esto es cosa del pasado, que esta discriminación es de hace mucho tiempo, que ahora las mujeres tienen las mismas posibilidades de acceso a la educación, a la cultura y al reconocimiento; sin embargo, no es así. Se debe tomar en cuenta que son algo más de cien años, sólo cien años, que las mujeres pueden recibir educación superior en los países más desarrollados y esto repercute en toda su creación.

Ser artista, pintora, escritora, poeta o dramaturga, entre otras, provocaba incredulidad si no risa o azotes. Sólo por ser mujer esa actividad era deslegitimada, menospreciada o castigada.

Hay mujeres que ocultaron su nombre femenino detrás de otro masculino para poder escribir, como es el caso de Mery Anne Evans que publicaba como George Eliot, de Amandine Aurore Lucile Dupin que firmaba como George Sand, de Caterina Albert que escribía con el nombre de Víctor Catalá o Fernán Caballero que en realidad era Cecilia Böhl, entre otras.

Y entre las escritoras también hay maridos que se aprovecharon, como es el caso sufrido por la francesa Claudine Colette, cuyo marido, que no nombro para ignorarlo, firmó la serie de novelas “Claudine”.  Se sospecha también de un Premio Nobel de Literatura, pero no lo menciono porque no está probado.

En pintura es difícil encontrar firmas de mujeres famosas y hay razones para ello. En el Renacimiento las mujeres no eran instruidas y para pintar habían de saber sobre anatomía, física y aritmética.  Posteriormente, las pocas que pudieron hacerse del pincel se veían impedidas de ingresar a las academias y se les era prohibido utilizar modelos de cuerpos desnudos.

Algunas han logrado salir del anonimato, como Artemisa Gentilesch, Lavinia Fontana, Adélaïde Labille-Guiard, Elisabeth Vigée-Lebrun, Angélica Kauffmann, Rosa Bonheur, Berthe Morisot, Suzanne Valadon y Käthe Kollwitz, entre otras. Todas porque tenían alguien que les permitió acceder al conocimiento o porque tenían una posición social alta que les favoreció.

En el listado de mujeres artistas “rescatadas” por la cultura reconocida, como en muchos otros aspectos, no aparecen nombres de mujeres (generalmente también sólo hay pocos de hombres) de origen latinoamericano, africano o asiático.

Antes y hoy todavía, la valoración como arte está medido y calificado como tal principalmente por el mundo occidental anglosajón. Pese a los avances en derechos, en cultura la mujer sufre también la discriminación no sólo de género, sino también de clase, de etnia y de origen.

El reconocimiento ha sido y, pese a algunos cambios a favor de la mujer, sigue siendo atribuido al género masculino y generalmente del primer mundo. En ámbitos de la cultura, vale decir en artes como la literatura, la pintura, el cine, etc. aún hoy en países donde se supone que la mujer ha ganado y disfruta de mayores derechos se escuchan denuncias y reclamos de las dificultades y discriminaciones que viven las mujeres.

Hay obras sin firma y cuando se descubre quién la pintó su precio depende del sexo de la autoría, si es mujer se devalúa. Las feministas Guerrilla Girls en 1989 denunciaron que en el Metropolitan Museum había un 5% de obra femenina, pero un 85% de desnudos de mujeres.

Si hoy uno escribe “pintora” en Google, automáticamente la página te cambia a “pintor”.

Las figuras pintadas de grandes ojos tristes de Margaret Doris Hawkins, que estoy segura muchas personas las vimos en posters, libretas y tarjetas hace unas décadas, recibieron críticas negativas en su momento de parte de los expertos en arte; sin embargo, esa obra se vendió y popularizó de manera relevante, firmada por un varón.

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ESO DE SER HIJO (A) DE PUTA

Drina Ergueta

El insulto más rápido y, al parecer, el peor es decir a alguien hijo o hija de puta. Para agredir verbalmente a una mujer suele recurrirse con inmediatez a esa palabra. Palabra que, además, en espacios decentes no se dice y si hay que hacerlo por escrito se suele poner una P seguida de puntos suspensivos… es como si pudiera tener la facultad de conjurar al mismo demonio: puta, puta, puta. ¿Qué tiene esa palabra?

El diccionario dice que es sinónimo de prostituta y prostitución es la “actividad en la que una persona admite contactos sexuales a cambio de dinero”. Puta también significa “mujer que mantiene numerosas relaciones sexuales” sin cobrar.

¿Por qué ser puta es un insulto? Por una parte, se debe tomar en cuenta que estar en situación de prostitución, en la mayoría de las ocasiones, es tener una vida muy desgraciada, estar en una posición terrible de esclavitud. De acuerdo a informes internacionales, la mayoría de las mujeres que se prostituyen lo hacen obligadas, son forzadas. En España, por ejemplo, las mismas asociaciones de prostitutas afirman que hasta el 70% de ellas viven esa condición, en Bolivia los datos son opacos.

La trata es el esclavismo de la actualidad y ocupa en el mundo el segundo lugar en movimiento ilícito de dinero, después del tráfico de armas, se dice que ha desplazado al tercer puesto al narcotráfico. Se estima que más de 2,5 millones de personas son esclavizadas en el planeta y gran parte de éstas, cerca de un 90%, son mujeres y mayoritariamente la finalidad es la explotación sexual, las vuelven putas. Por eso se afirma que la trata es fundamentalmente femenina.

Las prostitutas que no son sometidas por otras personas, que se prostituyen voluntariamente ¿han tenido otras opciones? Puede que la decisión haya sido suya, pero es seguro que las condiciones de su entorno, básicamente la pobreza, les ha llevado a vender su cuerpo.  La puta fashion que vive muy bien y se codea con hombres ricos e influyentes, con artistas e intelectuales, a quienes ella aconseja y saca de apuros, está solo en las películas.

Ser puta es un insulto, provoca un sentimiento de brutal ofensa ¿No tendría que generar compasión, solidaridad o rabia hasta la sublevación? Quien merece ser insultado y que su actividad sea motivo de ofensa es quien está explotando, esclavizando y degradando a estas mujeres y éste generalmente es varón.

Es un negocio mundial de explotación fundamentalmente femenina a manos masculinas y para una “clientela” fundamentalmente de hombres. Es el extremo del patriarcado, donde el cuerpo de la mujer es mercancía, donde se incluye la violación y también el feminicidio.

Para dar dignidad a estas mujeres, a las que están en situación de prostitución, se tiende a cambiar la palabra puta, se dice que son “trabajadoras del sexo”, se habla que es un oficio e inclusive una profesión.

Hay mucha controversia sobre esta materia, se critica principalmente el hecho de tapar con un intento de dignificación una situación de explotación forzada, aspecto que beneficia principalmente al explotador, al que se convierte en “empresario”, y se le llama “cliente” al que hace uso de esa “mercancía”, palabra que al eliminar a la mujer sufriente la despersonaliza y la vuelve objeto que no siente y por lo tanto no se agrede.

Por otra parte, está a la que se le llama puta por tener más de un hombre en su vida. Si es dueña de su cuerpo y su sexualidad ¿por qué tiene que ser un insulto? ¿Si fuera hombre? Si fuera hombre sería uno cualquiera, normal, un chico u hombre sano y saludable, el orgullo de sus progenitores.  Como siempre, el patriarcado está detrás.

Este 17 de diciembre fue el Día Internacional contra la Violencia hacia las Prostitutas. Mis respetos para todas ellas y también para sus hijos e hijas.

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REGALITOS DE NAVIDAD PARA MUJERES Y HOMBRES

Drina Ergueta

Toda nuestra existencia es un cúmulo de recuerdos de hechos y acciones que nos marcan. En especial, recordados algunas fechas particulares, como la Navidad y sus regalos. Esos regalos que de niños día a día utilizamos sin saber que además de entretenernos nos estaban modelando como personas, nuestros pensamientos y nuestro papel en el mundo cuando seamos adultos. Todo padre y madre tendría que tomarlo en cuenta.

La gente suele pensar que las elecciones que hace a la hora de comprar algún producto es algo muy personal, quiere sentirse original, auténtica y, además, tiende a creer que lo es. Mentira, las marcas y la publicidad taladran los entendimientos y surten efecto; por otra parte, esas marcas y esos productos son lo que hay por todas partes y son lo que se compra finalmente.

Más allá de la marca y de la moda están otro tipo de categorías, como las que nos dicen la posición social, la ideología, que formamos parte de un mundo globalizado y también nos señalan el género. Hay productos para hombres y para mujeres.

En el caso de los productos infantiles las diferencias son muy marcadas. Las muñecas y sus casitas, todo rosa, además de las cocinitas como la que tiene mamá, para las niñas; para niños están los coches, aviones y todo tipo de vehículos, además de juegos de guerra, armas y soldados.

El referente para un niño es un futbolista de éxito, se le compra entonces la camiseta o los cachos de Messi o de Ronaldo; los modelos femeninos son mujeres jóvenes del mundo del pop, muy sexys, y sus muñecas también lo son, además se les regala sus primeros sets de maquillaje para que practiquen a verse bellas.

En la infancia los niños y niñas juegan a ser mayores, representan lo que ven, lo que se les dice que serán, lo que se les enseña que sea bueno que sean cuando lleguen a la edad adulta: pasivas, buenas madres, expertas en la cocina y además muy preocupadas por ir bellas, especialmente sexys, en el caso de las niñas; y activos, valientes, decididos y exitosos los varones.

¿En serio los padres y las madres quieren fomentar esos roles para su descendencia?   

También están los vídeo juegos, que actualmente concentran gran parte del interés de la infancia y la adolescencia y es una afición que en algunos casos se prolonga hasta los 40 años y más. 

Los video juegos son el extremo de la creación de estereotipos de personajes con roles sexistas muy marcados. En este mundo masculino el varón es el héroe y el villano, el que decide y ejecuta en un rol muy activo y es generalmente muy violento; mientras que la mujer suele aparecer como personaje pasivo, ella recibe una determinada acción, positiva o negativa, o tiene un papel secundario. Cuando una mujer aparece en un vídeo juego en rol protagonista, como la heroína, por ejemplo, suele tener una imagen hipersexualizada, con marcadas curvas, cinturas imposibles y muy, muy poca ropa.

De acuerdo a una encuesta realizada en 2012 por Entertainment Network Association, las mujeres representan el 47% de la población que sigue y utiliza los vídeo juegos. Los criterios para la creación de historias son básicamente masculinos y el mercado femenino no es tomado en cuenta en su magnitud y potencial y a ellas se les asigna juegos de creación de relaciones sociales.

Las organizaciones de mujeres suelen reclamar en estas fechas por la presencia masiva de juguetes sexistas y su continua e incontrolada publicidad. En tanto que muchas personas piensan que lo importante es que niñas y niños elijan lo que prefieren, dicen que son niños, argumentan que hay que dejar que sean felices. No se cuestiona su derecho a la felicidad, la niñez elige lo que se le enseña que le hará feliz.

Se llama la atención hacia los efectos sobre la conformación de identidades sexuales estereotipadas, cuadriculadas, carentes de libertad y que establecen roles de comportamiento que refuerzan estructuras machistas, desventajosas para la mujer.

A algunas personas les hace mucha ilusión comprar los regalos, seguramente también recibirlos, y va a buscarlos con entusiasmo y calculando sus posibilidades de compra. También están quienes les da mucha flojera y compran lo primero que se les presenta.

Si se ha decidido formar parte de esta fiesta del consumo, es bueno pensar en hacer un regalo que potencie la creatividad y no se cierre en roles sexistas, en que es una buena inversión de tiempo y dinero para ese niño o esa niña y también para una sociedad mejor.  

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