14-11-2014
Los municipios de La Paz y El Alto se han convertido en una síntesis de lo que es el estado y el tejido comunitario en Bolivia, coincidieron en afirmar representantes de las alcaldías de ambas ciudades y una persona vinculada al Colectivo Urbano.
El delegado municipal para el fomento de la interculturalidad, Marcelo Fernández, indicó que la sede de Gobierno tiene una matriz aymara, desde donde se enfocan acciones y emociones.
“Una de las características que le dará sostenibilidad es su pasado. La condición intercultural no la perdió, más bien se alimentó con diversidades que han estado fluyendo. Lo que sí debemos admitir que no se supo alimentar esta su cualidad”, afirmó.
Fernández indicó que La Paz desde siempre fue un complejo cultural donde se entremezclaron los indios, la gente española y otros. Bajo ese perfil es que avanzó en el tiempo. Esta situación no se da en El Alto, porque están los rebalses de La Paz.
Por su parte el asesor de El Alto, Carlos Lima, señaló que la historia de esta urbe se remonta desde 1900, donde se perfila como un centro de intercambio y comunicacional. En 1935 soldados de la Guerra del Chaco se asientan.
“Fruto del rebalse de La Paz y la migración de Omasuyos y Camacho crece. Son varios hitos históricos que permiten la diversidad”, afirmó.
Entretanto, el integrante del colectivo urbano, Santos Callejas, señaló que en cualquier momento y lugar la idea es devolverle la ciudad de la gente.
“La gente que está en las periferias de las ciudades tiene más cercanía”, indicó.
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