CENSO2012

GLOSARIO PARA LA EVALUACIÓN DEL CENSO

Jubileo

La  evaluación  de  los  datos  del  Censo  de  Población  y Vivienda  2012  reviste  importancia  porque  durante  los
próximos años esos resultados serán la base del sistema nacional de información estadístca y de los programas
de desarrollo del país, por lo que es imprescindible una clara comprensión de los conceptos e instrumentos para
realizar esta evaluación.

Este documento pretende contribuir al debate precisando, de manera resumida, la terminología apropiada para
que sea usada por autoridades, técnicos y actores de la sociedad civil, para una mejor comprensión.

EVALUACIÓN POSTCENSAL
Una evaluación postcensal es un  instrumento que ayuda a determinar el grado de cobertura de  la población
empadronada. Es conveniente que esta evaluación se  realice por sexo, edad y mayor nivel de desagregación
geográfca posible.

Esta evaluación también debe determinar el error de contenido de las respuestas.
La evaluación de un censo de población, en la etapa postcensal, depende mucho de que las anteriores etapas
(precensal y empadronamiento) hayan sido realizadas con la mayor calidad posible.

En  la aplicación de  la metodología  internacional existen dos tpos de evaluaciones:  las denominadas directas,
mediante  la  realización  de  una  encuesta  postcensal  (después  del  empadronamiento);  y  las  evaluaciones
indirectas, que son trabajos de escritorio, considerando el análisis de la dinámica demográfca.

ENCUESTA DE COBERTURA POSTCENSAL
La Encuesta Post Censal (EPC) es un método directo de evaluación de cobertura censal que se realiza de manera
independiente al operatvo censal. Para esta encuesta se selecciona una muestra probabilístca y representatva
del marco censal, con base en la misma cartografa utlizada en el censo.

El principal objetvo de la EPC es determinar una medida del error de omisión. Por tanto, los resultados de esta
encuesta de cobertura postcensal, una vez concluido el trabajo de campo y de reproducir en terreno el censo
original, permite tener datos comparables y realizar un proceso de cotejo, caso a caso, con los datos del censo.
La encuesta de  cobertura postcensal debería  ser  realizada en un tempo adecuado que no  signifque mayor
desfase del censo y que tampoco este demasiado cercano al operatvo censal.

MÉTODO INDIRECTO
Este método se basa en el análisis demográfco; para el caso actual, se requerirían datos de las proyecciones de
la población esperada hasta el 2012, proyección realizada con base en los resultados del Censo 2001. También
se requiere información estmada de la población a partr de varias fuentes de registros administratvos referidos
a estadístcas de nacimientos, fecundidad, mortalidad, defunciones y migración que han sucedido en el periodo
intercensal 2001-2012. Posteriormente, se compara la información considerando la distribución por rangos de
edad de estos censos. Por últmo, se realiza la construcción y estmación de factores de corrección, mediante el
uso de métodos de regresión estadístca, de manera que se pueda lograr la consistencia de los resultados por
edad de los dos censos.

El Centro Latnoamericano y Caribeño de Demografa (CELADE) ha desarrollado una metodología para determinar
la cobertura de  la población, por sexo y edades, censada en  los países de  la región, a  la que ha denominado
conciliación censal que, además de ser un procedimiento de tpo estadístco matemátco, se trata de un análisis
de la información con criterios demográfcos.

Se basa en la utlización y disponibilidad de datos de los censos desde la mitad de siglo pasado, con el objetvo
de establecer la dinámica de la evolución demográfca.

En el caso de Bolivia, el CELADE utlizaría información de cinco censos de población y vivienda realizados entre
1950 y 2012.

Este método se basa fundamentalmente en evaluar la información propia del Censo 2012 y la utlización de otros
datos demográfcos disponibles, además del conocimiento y experiencia acumulada sobre los patrones de error
que afectan a la información.

Como producto fnal, el CELADE armaría la dinámica demográfca del país que explicaría el crecimiento poblacional,
fecundidad, mortalidad y migración, con el supuesto de que este análisis sea coherente y, por tanto, el CELADE
obtenga el error censal desagregado por sexo y edades, y, en consecuencia, los porcentajes de omisión para esas
categorías, además de la desagregación por regiones.

AUDITORIA CENSAL
El  concepto  de  auditoria  censal  no  se  encuentra  explícito  en  las metodologías  para  evaluar  los  censos  de
población y vivienda, y se podría asociar más bien a una evaluación censal global que signifque medir el grado
de logro de cada objetvo del proceso censal, relatvo a mejorar la calidad del censo de población y vivienda. Se
entende la calidad censal como un concepto multdimensional.

En el caso partcular del últmo censo realizado en el país, existe  la percepción de  la existencia de errores de
cobertura  y  de  contenido:  Son  errores  de  cobertura  (omisión  o  sobreenumeración)  cuando  cierto  número
de personas no han  sido empadronadas o han  sido empadronadas más de una  vez. Y de  contenido  cuando
el empadronado  fue captado correctamente, pero no así una o más de  sus característcas  relacionadas a  las
preguntas solicitadas en la boleta censal.

Otros errores que pueden ser determinados por la auditoria censal son los referidos al proceso de capacitación
que podrían haberse  traducido cuando el empadronado o empadronada, como  jefe del hogar, reportó datos
para todos los demás integrantes del hogar.

Un caso especial es la inclusión o no de una persona en la boleta censal de un hogar en función de la interpretación
del concepto de residencia habitual. Algunos habitantes retornan a sus lugares de origen para el día del censo y
son empadronados en el lugar donde pernoctaron la noche anterior a la fecha del empadronamiento.
Entonces, una auditoria censal –además de recurrir a  la fuente primaria de  la base de datos que es  la boleta
censal- puede proporcionar información sobre las dimensiones de la calidad del censo.

Esta auditoria podría ir acompañada de varios indicadores que permitan ver la pertnencia o relevancia y si los
resultados responden a la necesidad de todos los usuarios. De  ser  necesario,  se  podría  contar  con  indicadores  de  calidad  respecto  de  la  diferencia  entre  el  tempo transcurrido entre la presentación fnal de los datos y el período de referencia. Puntualidad si se cumple el plazo de presentación previamente anunciado y accesibilidad con que los usuarios podrán obtener la base de datos del censo. Pero, fundamentalmente, la auditoria debería proporcionar los errores de cobertura y errores de contenido en las respuestas del censo.

CONCLUSIONES
El pedido de diferentes  sectores de  la  ciudadanía hace que  se  requiera de un esfuerzo de evaluación de  los
resultados del Censo 2012. Este esfuerzo proveerá a los usuarios de una medición de la calidad de los datos y
se podrán identfcar las fuentes y tpos de error, y podrá servir de base para obtener la mejor estmación de los
agregados (resultados) censales.

Es recomendable que este proceso de evaluación censal parta del sinceramiento, apertura y transparencia del
INE; pero también que  involucre  la partcipación de  la sociedad civil, como expresión del ejercicio del control
social, para que los resultados de esa evaluación tengan los mayores rangos de confabilidad y sean aceptados
por todos.

Asimismo, el disponer de medidas e  indicadores de calidad del censo contribuiría a mejorar el proceso para
futuros censos y establecerá puntos de referencia con los cuales se podrán realizar comparaciones.
Para este trabajo se debe mencionar la importancia que tendría la independencia del INE respecto del Ministerio
de Planifcación del Desarrollo, lo cual garantzaría la transparencia y fortalecería la credibilidad del INE.

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“DESCLASADOS”

Juan José Toro Montoya

Si los datos oficiales del Censo Nacional de Población y Vivienda 2012 son ciertos, entonces el presidente Evo Morales insultó a la mayoría de la población boliviana.

Según esos datos, el 69 por ciento de los bolivianos dijeron no pertenecer a ninguno de los 33 pueblos indígenas incluidos en la pregunta 29 de la boleta censal.

El jefe de Estado reaccionó sorprendido ante esos datos. “A mí también me ha sorprendido porque los datos anteriores eran muy diferentes. No sé si estamos en etapa de desclasamiento, estamos en etapa tal vez de tener mayor mentalidad colonizadora, es debatible”, dijo.

Y sí, el tema, como todos los vinculados al censo, es debatible.

Para empezar, los resultados del censo disponibles en el website del Instituto Nacional de Estadística no incluyen el 69 por ciento al que hicieron referencia los medios cuando se informó sobre la pertenencia a naciones o pueblos indígenas. Lo que se puede encontrar, en el cuadro No. 13 de los resultados, es la “población de 15 ó más años por sexo, según pertenencia a naciones o pueblos indígenas originario campesino o afroboliviano”. En ese cuadro se lee que 6.916.732 mayores de 15 años respondieron a la pregunta y sólo 2.806.592 dijeron pertenecer a alguna nación, pueblo indígena originario campesino o afroboliviano. Los 4.032.014 que dijeron no pertenecer a ninguno representan el 58,29 por ciento así que siguen siendo mayoría.

Esa mayoría es la que, según el presidente, se habría “desclasado” o estaría sometida a una “mayor mentalidad colonizadora”. ¿Son o no son insultos? Como el mismo gobernante dijo, el asunto es debatible pero, para hacerlo, habría que saber qué quiso decir cuando dijo lo que dijo. Lo de la colonización, por ejemplo, da para bastante debate ya que, según escribimos en esta misma columna, esa palabra no viene del apellido Colón sino de “colonizar” que significa “establecer colonia, fijar en un terreno la morada de quienes lo cultivarán”.

Lo de “desclasamiento” es todavía más polémico. El diccionario dice que “desclasar” es “hacer que alguien deje de pertenecer a la clase social, generalmente alta, de la que proviene, o que pierda conciencia de ella”. En el contexto empleado por el presidente, un desclasado sería alguien que ha perdido su conciencia de clase y, por tanto, negó ser parte de alguna nación o pueblo indígenas originario campesino o afroboliviano aún a sabiendas de que lo era. Pero, como dijo el jefe de Estado, eso es debatible.

Antes de calificar de “desclasado” a alguno de los consultados por los encuestadores, el presidente tendría que recordar que hubo una gran resistencia a incluir la opción “mestizo” en la pregunta 29. La negativa sólo sirvió para que mucha gente se identificara como mestizo y, ante la inexistencia de la opción, decidiera responder que “no pertenece”.
Pero ese no es el único elemento a considerar en un debate. Habrá que recordar, también, que la inclusión de 36 pueblos, naciones o pueblos indígenas originario campesinos en el artículo 5 de la Constitución Política del Estado (CPE) se hizo sin sustento académico, basándose simplemente en un estudio realizado en 1990 por Wigberto Rivero, ex ministro de Asuntos Indígenas y Pueblo Originarios del último gobierno de Banzer. Como el estudio de Rivero, la CPE ignora a naciones que se autoidentifican como tales y son tan importantes como Pakajaqis, Karangas, Suras, Killakas, Chichas, Charkas, Qhara qharas, Chuis, Larekajas, Kallawayas, Qullas, Urus, Lupi jaqis y Yamparas.

Si algún boliviano se siente parte de alguna de esas naciones y no se encontró en la boleta censal, ¿qué debía responder?: no pertenece. ¿Sólo pero eso merece ser llamado “desclasado”?

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CENSO Y ESTADO PLURINACIONAL

Marco A. Toro Martínez

Me atrevo a escribir esta nota ya que me siento profundamente preocupado en torno a los resultados del censo 2012 y principalmente por los diversos comentarios e interpretaciones que se están realizando sobre estos resultados y la composición étnica de la sociedad boliviana. Lo que quiero mediante esta breve nota es plantear algunos elementos, unos serán afirmaciones y otros serán reflexiones, sobre este tema y los comentarios a los que he tenido acceso.

Un primer elemento, que afirmo fervientemente, es que como Estado y como sociedad, y por un sentido mínimo de justicia y humanidad que espero todavía podamos representar, no podemos bajo ningún argumento desconocer, ni pretender anular estadísticamente, la existencia y los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. Existencia y derechos que son reconocidos por la humanidad, inicialmente a través de instrumentos internacionales de derechos humanos  (Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas), que son ratificados por el Estado Boliviano, pero que además son “constitucionalizados” bajo el paraguas del Estado Plurinacional, en la Constitución aprobada en 2009. Por lo tanto, quienes quieran desconocer la existencia y los derechos reconocidos a los indígenas y originarios bolivianos expresados en la CPE, e incluidos en esta a pesar de la renuencia del MAS y de los “pensadores” de la izquierda, no deberían tratar de hacerlo interpelando esta CPE o este gobierno, sino interpelando a la humanidad por haber llegado a la conclusión de que es una prioridad para la sociedad global, y un acto de justicia ineludible, el reconocimiento de los pueblos indígenas como sociedades con sentidos de vida diferentes, que deben ser respetados y conservados, y que por lo tanto merecen gozar de derechos diferenciados.

Otro de los elementos, quizás el más preocupante, es el hecho de que tanto el partido de gobierno como la oposición muestran, en sus interpretaciones y comentarios, la abierta intención de desconocer (o minimizar al menos) la existencia y los derechos de las naciones y pueblos indígena originarios. Si bien desde la oposición se plantea la invisibilización – anulación de lo indígena originario en contraposición con “lo mestizo” llegando a plantear esta como una opción de identidad, siendo que esto es por lo menos un absurdo (qué diferencia hay entre plantear esto y lo "no indígena" y listo?); desde el gobierno se trata también de invisibilizar - anular lo indígena originario confundiéndolo hasta el absurdo en la categoría “indígena originario campesino”, la misma que fue introducida por la fuerza en la CPE. Ambas estrategias discursivas cumplen exactamente el mismo objetivo: “invisibilizar - anular” lo indígena originario como una realidad concreta y diferenciada de la construcción social nacional y que debe ser asumida por la sociedad con todas las diferenciaciones necesarias, principalmente de derechos, para garantizar su incorporación al Estado Plurinacional en el marco de su libre determinación y garantizar su existencia.

Lo indígena originario campesino como categoría conceptual no existe, lo que si existe es: lo indígena (naciones y pueblos indígenas del chaco, oriente y amazonia), lo originario (naciones y pueblos indígenas del occidente) y lo campesino (población de ascendencia indígena que ha optado por sindicalizarse en el proceso de los 50´s y que ha optado también en las últimas décadas por la propiedad individual de la tierra, y que por lo tanto ha optado por no ser indígena). Si bien este lio conceptual no lo vamos a resolver a menos que modifiquemos la constitución, o trabajemos una ley interpretativa de la categoría, si existía realmente la voluntad desde el Estado de avanzar en la garantía de derechos de los indígenas y originarios, habría sido realmente muy fácil establecer en la boleta de encuesta los mecanismos necesarios para la identificación adecuada de estos. En primer lugar hay que resolver que naciones y pueblos existen, si bien esto esta mas o menos claro en tierras bajas (oriente, chaco y amazonia), está en completas tinieblas en el occidente ya que en realidad lo quechua y lo aimara no son naciones ni pueblos, son más bien idiomas, siendo que existen al menos 16 naciones y pueblos (que hablan en su mayoría aimara y quechua) en el occidente, de acuerdo al trabajo de reconstitución que viene haciendo hace décadas el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyu(CONAMAQ); entonces habría que rehacer el trabajo reconociendo a estas más de 45 naciones y pueblos, y estableciendo mecanismos adecuados de registro. Otro de los elementos tendenciosos utilizados en la boleta censal es el establecimiento de restricciones al llenado de la encuesta como el hecho de no leer la lista de naciones y pueblos o definir que los resultados sobre la pertenencia étnica se realice solo tomando en cuenta a mayores de 15 años, estas son simplemente “chicanas” establecidas con el objetivo de disminuir la cantidad de indígenas. En todo caso, el censo no cumple de ninguna manera con el objetivo de que debería tener la inclusión de una pregunta sobre identidad étnica en cualquier censo, que es: poder diferenciar cuantitativamente la población indígena del resto de la población, además de poder mostrar sus condiciones de vida, su acceso a servicios, a que se dedican y donde están, precisamente para posibilitar el diseño e implementación de políticas públicas diferenciadas y que garanticen el ejercicio de sus derechos consagrados, principalmente el de libre determinación, por la humanidad y por el Estado Plurinacional.

Otro elemento introducido por el vicepresidente en su discurso del 6 de agosto con respecto a esta cuestión de la composición cultural de la sociedad boliviana y el Estado Plurinacional, es el referido a insistir en que las naciones y pueblos indígenas originarios no constituyen en realidad “naciones políticas”, sino simplemente “naciones culturales”, esto no puede ser así ya que todos los derechos reconocidos a las naciones y pueblos indígenas originarios en la CPE nos llevan, al leerlos e interpretarlos a cabalidad, nos muestran más bien un salto entre una concepción de “naciones culturales”, que ya se establecía desde la constitución de 1994 bajo la concepción de “intercultural”, a “naciones políticas”, sin que esto signifique necesariamente el reconocimiento de jurisdicciones territoriales vinculadas a la propiedad agraria, si no es así, qué sentido tiene reconocer derechos como la libre determinación, la institucionalidad propia, los sistemas políticos, educativos, económicos, sociales y culturales propios, o la participación directa en los beneficios por la explotación de recursos naturales en sus territorios; o lo que es más terrible: qué sentido tendría el Estado Plurinacional?.

Marco Toro es asesor de la Asamblea del Pueblo Guaraní

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Política
Si la redistribución de escaños se aplicará de forma equitativa, el departamento de Pando, de mayor crecimiento (108 por ciento) según los datos preliminares del Censo 2012, debe terminar con solo dos diputados; mientras que Santa Cruz, la región con mayor población (2.776.244 de habitantes), llegará a los 35 escaños en la Cámara de Diputados.
Política
En 2009 cuando se abrió el debate sobre la Ley Electoral, el Movimiento Al Socialismo (MAS) se comprometió a una reasignación de escaños para garantizar la inclusión de 34 representantes de circunscripciones indígenas, según el censo de población y vivienda que se realizó recientemente en el país.