The Strongest apela la sanción que le impide jugar con pública

El club The Strongest ha presentado un recurso de apelación contra la sanción que le prohíbe jugar con público, según confirmó Adrián Monje, dirigente del club. La medida busca principalmente resguardar la recaudación del clásico paceño, considerado el partido más lucrativo para la institución.
Monje aclaró que la directiva ha actuado con precaución, optando por no pedir la suspensión inmediata del castigo. "Si pedimos una suspensión en este momento, jugamos dos o tres partidos y después nos ratifican la sanción, puede verse en peligro que el clásico lo juguemos sin público", explicó. La estrategia del club es cumplir con la sanción en partidos de menor recaudación, esperando una resolución favorable de la apelación que les permita tener público en los encuentros más importantes, como el clásico y las finales del torneo.
En otro punto de la conferencia, Monje desmintió rumores sobre el mal estado del estadio de Achumani. Afirmó que el campo está en buenas condiciones y que se está llevando a cabo un "mantenimiento constante", con la intención de un mantenimiento más profundo después del clásico. El principal obstáculo para que el estadio sea habilitado para partidos de la liga no es el césped, sino requisitos técnicos solicitados por la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
La FBF exige la construcción de torres para cámaras del VAR y de transmisión, la instalación de un sistema trifásico y un nuevo tablero de medidores de luz. "Esos trabajos complementarios son los que han dificultado en un momento que podamos jugar de manera inmediata", indicó el dirigente, quien estima que el estadio estará listo en unas dos semanas. Mientras tanto, el primer plantel de The Strongest continúa jugando sus partidos de local en el estadio Hernando Siles.
Monje lamentó los altos costos asociados a esta decisión, calificando al escenario deportivo de "muy comercial". Según el dirigente, además del 10% de la recaudación por concepto de alquiler, la administración del Siles cobra por el uso de los vestuarios, la sala de comida, el internet y hasta el parqueo. "Te alquila absolutamente todo, te cobra de todo", aseguró. A estos gastos se suman los aproximadamente 25.000 a 30.000 bolivianos que se pagan a la terna arbitral. Monje reiteró que el club asume todos estos costos con la esperanza de poder jugar en su propio estadio en un futuro cercano.