ESCOLARES CON LA INICIATIVA
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San Felipe de Neri: el convento que Sucre construyó, hoy en manos de nuevas guardianas del patrimonio

Iván Ramos - Periodismo que Cuenta

En lo alto de Sucre, donde la ciudad parece una maqueta vista desde el cielo, se erige una joya de piedra, fe y memoria: el convento de San Felipe de Neri. Construido entre 1795 y 1800, piedra a piedra, por manos humildes guiadas por la devoción, este lugar sagrado vuelve a cobrar vida gracias a un grupo especial de jóvenes estudiantes que hoy se convierten en las protagonistas de una experiencia turística única.

Son alumnas de la promoción y prepromoción del Colegio María Auxiliadora: Carol Stefanny Méndez Vargas, Fernanda Valeria Crespo Medrano, Melina Hael Caballero Cádiz, Sarah Abigail Pérez Rocha y Alison Natalia Vildoso López. Con entusiasmo, delicadeza y una profunda conciencia patrimonial, estas jóvenes se han convertido en las nuevas anfitrionas del convento y de su museo, que ellas cuidan con impecable dedicación.

Mientras recorren los pasillos silenciosos del exconvento, me narran una historia que se transmite como leyenda viva entre los muros: la del arzobispo José de San Alberto, quien, tras cada misa, recogía piedras de los cerros Sica Sica y Churuquella para llevarlas en su propia capa y contribuir a la edificación del templo. Inspirados por su ejemplo, los habitantes de La Plata —hoy Sucre— siguieron su paso, cargando piedras con sus propias manos. Así, entre fe, esfuerzo colectivo y piedras humildes, se levantó esta obra monumental.

Hoy, este patrimonio colonial no solo es un museo que resguarda arte sacro y piezas coloniales, sino un mirador privilegiado desde cuya terraza de ladrillos vidriados se domina toda la ciudad. Las cúpulas de teja colonial, los campanarios majestuosos y los pasillos silenciosos son testigos del tiempo que, lejos de desgastarlo, le otorgan aún más valor.

En el interior, la capilla deslumbra con pinturas de los siglos XVIII y XIX, siendo la representación de la Misa de San Gregorio una de las más conmovedoras piezas. Pero quizás el rincón más sobrecogedor se encuentra bajo tierra: la cripta. Allí reposan figuras clave de la historia boliviana como Ramón García León de Pizarro, último presidente de la Real Audiencia de Charcas, y el arzobispo fray Benito María Moxó.

Gracias a la iniciativa y pasión de estas estudiantes, el convento de San Felipe de Neri no es solo un monumento del pasado, sino un espacio de encuentro con la memoria viva de Sucre. Las visitas guiadas que ellas mismas lideran no son meros recorridos: son inmersiones sensibles en la historia, la arquitectura y la espiritualidad de un pueblo.

Este sábado 18 de mayo, el convento abrirá sus puertas al público para una visita guiada especial, en la que las estudiantes del Colegio María Auxiliadora compartirán con los asistentes todos los secretos y maravillas de este tesoro histórico. Será una oportunidad única para redescubrir Sucre desde sus cimientos, a través de los ojos y las voces de quienes hoy asumen con orgullo el legado de sus antepasados.

En una época donde el turismo busca autenticidad, esta experiencia ofrece algo más valioso que una postal: ofrece el alma misma de la ciudad blanca, contada por sus nuevas guardianas. Un ejemplo de cómo la juventud puede abrazar el pasado para proyectarlo hacia el futuro.