Opinion

¿5521?
Surazo
Juan José Toro Montoya
Lunes, 1 Julio, 2013 - 11:21

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Intento entender las razones por la que ciertos sectores de nuestra sociedad, particularmente gubernamentales, califican al tiempo actual como el año andino amazónico 5521 y no lo consigo.

La documentación oficial que revisé no es muy clara al respecto. El Decreto Supremo 173, promulgado el 17 de junio de 2009, “declara Feriado inamovible al 21 de junio de cada año con suspensión de actividades públicas y privadas en todo el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia, con motivo de celebrarse el solsticio de invierno”, pero no dice nada sobre el conteo de años.

La explicación que manejan las autoridades es un conteo arbitrario sin base científica. Dicen que a los 521 años de la llegada de Colón, que fue en 1542, se suman los 5000 años de antigüedad que tendría la cultura tiwanacota. Sin embargo, investigadores de la talla de Carlos Ponce Sanjinés ya establecieron que Tiwanaku se remonta al año 1580 antes de Cristo así que, si sumamos los 2013 restantes a partir del nacimiento de Jesús —pasando por alto el conocido error de los seis años—, encontraremos que, con la explicación oficial, este tendría que ser el año 3593.
Al cuestionar la antigüedad de Tiwanaku no se quiere, de manera alguna, poner en duda su importancia. Está por demás demostrado que esa cultura alcanzó un alto grado de civilización pero no por ello podemos forjar un imaginario con datos inexactos. Incluso para los fines dizque “descolonizadores” del actual gobierno, resultaría saludable poner un poco más de atención a los numerosos estudios sobre la antigüedad de los pueblos andinos puesto que encontraríamos varias sorpresas. 

Así, Teresa Gisbert afirma en la “Historia de Bolivia” que escribió con su esposo José Mesa y su hijo Carlos que “la antigüedad del hombre en América se estima en más de 40.000 años” Mientras que Roy Querejazu cree que la primera cultura sudamericana “tendría más de 30.000 años de antigüedad”.

En lo que se refiere a Bolivia, Gisbert apunta que la cultura más remota de la que se tiene referencia es la viscachanense “a la que los investigadores adjudican una antigüedad de varios milenios”, probablemente entre 8.000 a 10.000 antes de Cristo.
Posteriormente vendrían las culturas Wankarani y Chiripa que, según Ponce Sanjinés, habrían sido sometidas por Tiwanaku.

Querejazu divide a la cultura viscachanense en periodos y ubica el primero en el paleolítico inferior, al segundo en el paleolítico medio y una otra cultura, la ayampitinense, en el paleolítico superior. En torno a Vischacani, este investigador boliviano va todavía más allá porque, citando estudios con carbono 14, dice que pudo tener una antigüedad entre 14.000 a 16.000 años antes de Cristo.

Las culturas antes citadas no fueron las únicas que poblaron el territorio que hoy es Bolivia. Con diversas antigüedades, Gisbert menciona a Iskanwayas, Mollos, Callawayas, Pacajes, Collas (en  La Paz), Chichas, Qaraqaras, Charcas, Asanaques, Quillacas, Carangas, Sevaruyos, Soras, Incas (Oruro y Potosí), Chuis, Cotas, Mitmas (Cochabamba) y Yamparas (Chuquisaca). La mayoría de estas agrupaban, a su vez, a sociedades menores como, por ejemplo, Yura y Huruquilla que formaban parte de los Chichas.

A su vez, Querejazu cita, entre muchos otros que se desarrollaron en torno al Lago Titicaca, a lupacas, capancos, pucopucos, pacajes, yungas, carangas, quillacas, chichas, soras, capayapos, colliyungas y guanacos.

Como se ve, el pasado prehispánico de Bolivia es rico y vasto y no se limita a la gran civilización de Tiwanaku. Si el gobierno se quitara las anteojeras que sólo le permiten ver enemigos y dizque “colonizadores” quizás alentaría mayores estudios sobre ese periodo y permitiría que se termine de armar la incompleta prehistoria de Bolivia.

El autor es Premio Nacional en Historia del Periodismo.