ABORTO

Cultura
Las Mujeres Creando organizan el debate sobre la despenalización del aborto con la participación personalidades del gobierno nacional y dirigentes, que se realizará el 1 de agosto, en el centro “Virgen de los deseos”, ciudad de La Paz.
Política
Primero existieron Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) que apoyaron los métodos anticonceptivos, ahora se percibe el interés para despenalizar el aborto en Bolivia, según advirtió la vicepresidenta nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), Concepción Ortiz.

EL ABORTO NO ES PECADO

Zulema Alanes Bravo

En estos días se han escuchado muchas voces respecto al aborto.  Lo paradójico es que la mayoría de esas voces son de varones que toman posiciones y pretenden tomar decisiones ante una realidad sobre la que no asumen responsabilidad.  Son voces que se mueven en  la lógica del vigilar y castigar que el sistema patriarcal activa cada vez que las mujeres reivindican sus derechos.

Los argumentos que han circulando son los mismos de siempre y apuntan hacia el mismo lugar: el control del cuerpo y la sexualidad de las mujeres.

Ni duda cabe, cada que se abre el debate sobre el aborto, se ponen en línea todas las manifestaciones del fundamentalismo político  -de izquierda y de derecha - y religioso –católico y protestante- , archivan sus diferencias ideológicas y teológicas, y se lanzan contra las mujeres, pecaminosas y pecadoras.

Todos los argumentos en contra de la despenalización del aborto apuntan a remover en el imaginario social y cultural de nuestro país, para colocar la idea de que quien aborta no sólo comete un delito sino también un pecado,  porque no solo transgrede las leyes sino la moral.

Que mejor respuesta que las reflexiones de la brasilera Ivone Gebara, la primera monja católica en identificarse con la teología feminista en América Latina, que hace 20 años desbarató tales argumentos.

En 1993 Gebara declaró que “el aborto no es pecado, el Evangelio es un conjunto de historias que generan misericordia y ayudan en la construcción del ser humano. La dogmática del aborto ha sido fabricada a lo largo de los siglos. ¿Quién escribió que no se puede controlar el nacimiento de los hijos? Han sido curas, hombres célibes, encerrados en su mundo en el que viven confortablemente con sus manías. No tienen mujer ni suegra y no se preocupan de un hijo enfermo; algunos de ellos hasta son ricos y poseen propiedades. Así, es fácil condenar al aborto.”

La jerarquía católica sancionó a Gebara con el exilio. Le exigieron que se retractara y por el contrario, escribió un texto que tituló La legalización del aborto vista desde el caleidoscopio social, donde dejó en claro que “La legalización es, apenas, un aspecto coyunturalmente importante de un proceso más amplio de lucha contra una sociedad organizada sobre el aborto social de sus hijos y de sus hijas.”  

En su opinión, una sociedad donde no existen las condiciones materiales dignas para el desarrollo integral y espiritual de los seres humanos, donde la maternidad es una traba frente a la realización laboral y económica de la mujer, donde los hombres están libres de responsabilidades, mientras se culpabiliza a la mujer “es una sociedad abortiva, machista y excluyente”.

En el debate sobre el aborto no se pueden hacer afirmaciones a la ligera y no puede haber palabras con pretensiones de verdad absoluta, lo único que cabe es colocarse en una posición de comprensión de una realidad compleja, que pone de manifiesto las contradicciones, injusticias y exclusiones de nuestra sociedad.

Pero además, las mujeres ya no podemos seguir cargando sobre nuestras espaldas las consecuencias de una sociedad construida por  mandatos, creencias, sistemas de prohibiciones y regulaciones sobre la sexualidad “esperada” para mujeres y hombres, que han generado desigualdades entre unas y otros.

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Política
El secretario general de la CSUTCB negó que sea habitual que en comunidades campesinas se determine la expulsión de adolescentes embarazadas, por lo que instó a la Defensoría del Pueblo y a las organizaciones de derechos humanos no politizar el tema.
Seguridad
“Quiero vivir, no quiero morir”, dijo entre lágrimas la cabo de la Policía Boliviana que fue sometida durante más de dos años a brutales golpizas por parte de su esposo, el subteniente Willy Winto Mita Poma, quien la hizo abortar en dos ocasiones.
Seguridad
El drama de un matrimonio de policías. Una mujer de la Policía Boliviana rompió el silencio y denunció públicamente a través de ERBOL que fue víctima de constantes golpes y otras acciones violentas de parte de su esposo, que terminó en el aborto de dos de sus hijos.

Y SE DESATARON LOS DEMONIOS

Jenny Ybarnegaray

¿Existirá un tema más controvertido y que "desate más demonios" que el del aborto? A juzgar por las reacciones que se leen en la prensa nacional y que se ven en los debates televisivos, el recurso de inconstitucionalidad presentado al Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) por la diputada del MAS, Patricia Mancilla, mediante el cual demanda la declaración de inconstitucionalidad de los artículos 56, 58, 245, 250, 254, 258, 263, 264, 265, 266, 269, 315 y 317 del actual Código Penal, cinco de éstos referidos al aborto, ha desatado una nueva polémica sobre el tema.

No es la primera vez ni será la última, desde hace más de treinta años que las organizaciones de mujeres vienen colocando el tema en la agenda pública con resultados similares: una apasionada polémica que pone sobre la mesa de discusión lo más ignoto vs. lo más “sagrado”, los datos de la realidad vs. la moral bizantina, la ciencia (puesta al derecho y al revés, según los intereses en juego) vs. las creencias religiosas. Lo novedoso de la actual discusión es que ha sido originada en un recurso que coloca a la nueva Constitución Política del Estado como fundamento argumentativo con una solvencia jurídica inapelable, lo que ha puesto en serios aprietos a los poderes constituidos.

¿Cuál será la razón de fondo de este debate que suscita tantas pasiones? A lo largo de más de un siglo, las mujeres hemos venido conquistando espacios de libertad antes inconcebibles, desde el derecho al voto, a la educación sin restricciones, a una vida sin violencia, a la participación política, hasta el estatus de ciudadanas adultas “iguales ante la ley”. Cada una de estas conquistas ha implicado largas batallas y enormes desafíos, ninguna ha sido obtenida a título de gratuita concesión de nadie, menos de los varones y, paulatinamente, a pesar de quien pese, se han venido “normalizando” a tal punto que a nadie llama ya la atención que una mujer asista a la universidad o ejerza el derecho al voto, que sea elegida como representante legislativa o incluso como presidenta de una nación.

Sin embargo y al parecer, hasta ahí llega "la tolerancia" de la sociedad boliviana y particularmente de los poderes patriarcales, porque a la hora de debatir sobre el simple y básico derecho de ejercer control sobre nuestros propios cuerpos, todo el mundo tiene algo que decir, algo que objetar, algo que censurar.  Y es que éste es precisamente el tema medularque ha llevado a los hombres (en masculino) a ejercitar todo tipo de estratagemas para controlar a las mujeres: la única función biológica de la que no están dotados es la de gestar, por lo tanto, “algo” tienen que hacer para colocar esa función bajo su particular control. A ello sirven las normas legales, tanto como los dogmas de fe, los “usos y costumbres” como las “ciencias”, las verdades “eternas” como las verdades a medias, todo sirve y a todo ello recurren.

¡Ah! Pero no sólo los hombres, también muchas mujeres que han sido domesticadas bajo esos argumentos, para darlos como ciertos, verdaderos e incontrovertibles, de modo que en muchas ocasiones aparecen como las primeras abanderadas a la hora de condenar con la mayor crueldad a aquellas congéneres que han tomado el control sobre sus propios cuerpos y han decidido, por cuenta propia y sin preguntar a nadie (o quizás a sus más allegados/as) sobre qué hacer frente a un embarazo no deseado, sorpresivo, accidental o producto de alguna forma de ejercicio de violencia en contra de ellas.

Los patriarcas de casi todas las iglesias cristianas/evangélicas/protestantes se han puesto en campaña y han anunciado que darán dura batalla ante cualquier intento de despenalizar el aborto. “Según el representante de Ekklesia, al menos el 90 por ciento de las iglesias cristianas del país se reunieron la semana pasada y formaron «el comité de defensa de la fe», integrada por representantes  de las principales agrupaciones protestantes del país”[i], una suerte de renovado Tribunal de la Santa Inquisición dispuesto a la “caza de brujas”, de las “brujas” que abortan, lo mismo de las y los que las ayudan a hacerlo, ¿por las buenas o por las malas? Estas iglesias multiplicadas en cientos de sectas no se ponen de acuerdo en casi nada, cada una tiene su particular interpretación de La Biblia y priman entre sus patriarcas (y matriarcas) los apetitos personales, los protagonismos individuales cuando no la competencia por los diezmos que les proporcionan vidas tan cómodos como contrarias a los principios que en ese mismo libro se anotan, como la pobreza y la humildad.

Por su parte, la Iglesia Católica ha tenido que recurrir al más inverosímil argumento en defensa de su posición: según el obispo de Santa Cruz,Sergio Gualberti“la despenalización es‘una política imperialista’ para el control de la natalidad”[ii]. ¿Desde cuándo la Iglesia Católica había sido “anti-imperialista”? Es que no por nada llevan dos mil años de poder sobre esta tierra, saben qué decir, a quién decir y cuándo decir lo que dicen. En este caso, les debe parecer muy oportuno tocarle al presidente Morales su “corazón antimperialista”.

En las esferas del oficialismo, las opiniones parecen estar encontradas. Mientras que “cinco ministros se pronunciaron en favor [del debate sobre] la despenalización: Roberto Aguilar, de Educación; Teresa Morales, de Desarrollo Productivo y Economía Plural; Claudia Peña, de Autonomías; Amanda Dávila, de Comunicación, y ayer Vladimir Sánchez, de Obras Públicas”[iii];la diputada Emiliana Aiza, jefa de bancada del MAS en diputados,quien en alguna oportunidad había señalado que “la Iglesia Católica debe ser expulsada del país porque se convirtió en enemiga de los campesinos y [por] comercializar con la fe de los creyentes”[iv], ahora parece regirse por la norma de la fe al declarar que “… no es posible que abortemos, que hagamos daño, eso es un asesinato y ganamos un pecado delante de dios[v].Asimismo, el diputado Galo Bonifaz, quien al parecer no tuvo oportunidad de leer el recurso de inconstitucionalidad presentado por su colega Mansilla, cree que “para poder despenalizar el aborto en Bolivia se tendrá que modificar la Constitución Política del Estado por contener mandatos sobre el respeto a la vida”[vi].

En fin, el debate está “servido” y en medio del mismo, pocos parecen preguntarse ¿por qué abortan las mujeres? Yo creo que por cientos de razones y cualquiera de ellas es igualmente válida frente a sus particulares circunstancias. Lo que he podido testificar a lo largo de mi vida es que ninguna mujer llega ahí con la sonrisa en la cara, por entretenimiento o porque le parece "su mejor opción". Cuando una mujer toma esa decisión es que (por lo general y salvo excepciones) ha agotado todos sus recursos, y cuando lo hace (sea en cualquier circunstancia) tiene toda mi solidaridad y mi apoyo incondicional. Considero que es una canallada atribuirse el derecho de juzgarla y/o de decidir por ella. ¿Quién se pone en sus zapatos? ¿Quién asume la responsabilidad final ante este hecho? ¿Quién?

 

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Política
Hace tres semanas que el diputado Eliseo Suxo se contactó por última vez con la legisladora Patricia Mancilla, quien presentó en marzo de la gestión pasada el recurso que busca legalizar el aborto en Bolivia. Solo se conoce que solicitó salir de semana regional.
Género
El gobernador del departamento de Cochabamba, Edmundo Novillo Aguilar (foto), rechazó este martes la propuesta para despenalizar el aborto en Bolivia promovida por organizaciones no gubernamentales nacionales y extranjeras, y grupos feministas
Política
Sanciones drásticas y la tipificación de asesinato, solicitó hoy la diputada del MAS, Emiliana Aiza, para las mujeres que promuevan y practiquen el aborto en el país, además de considerar como un “pecado” que se discuta la posibilidad de despenalizarlo.

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